¡Qué exageraditos son!
Jesús Lens
Sábado, 28 de diciembre 2024, 23:02
Hace unos días escribía una columna ironizando sobre el nuevo registro de viajeros que, según denunció Gregorio García, el presidente de los hosteleros y los ... hoteleros granadinos, exigía recabar 42 nuevos datos de los huéspedes que llegan a un hotel y que antes no se exigían. ¡42!
El jueves pasado llegué a mi hotel de Jerez, pasé por recepción, escanearon mi DNI, me dieron la llave de mi habitación después de indicarme los horarios del desayuno y me despacharon con viento fresco.
—¿Y el registro de viajeros?
—Ya lo completamos nosotros.
Vale. Genial. ¿Y de dónde piensan recabar la información necesaria para completar esos 42 datos extra? Porque en el DNI no caben, ni por el haz ni por el envés. Cabría pensar que en Jerez se pasan la nueva normativa gubernamental por el forro, ácratas ellos, pero gente que ha pernoctado en hoteles estos días me dice que tampoco ha sufrido un interrogatorio más propio de la Stasi que de un amable recepcionista, por lo que podemos concluir que, una vez más y para variar, los representantes del gremio exageran y sacan las cosas de quicio. Y es que mira que son exageraditos… ¡Lo que les gusta el drama!
Por cierto que la alcaldesa de Granada, Marifrán Carazo, se unió a la rogativa gregoriana al Gobierno de Pedro Sánchez para que relaje la extenuante extracción de datos de los pobres e indefensos clientes de hotel… ¿Habrá sufrido en sus carnes el supuesto escarnio o hablaría de oídas?
Mucho más preocupante me parece la bajada de calidad de los hoteles de cuatro estrellas que he tenido la mala pata de visitar en mis viajes de ocio más recientes. Lo de este garito de Jerez, en concreto, es sangrante. Escucho hasta respirar a mis vecinos de habitación —no hablemos de otras funciones fisiológicas más o menos voluntarias— y todo lo no industrial del desayuno haría vomitar a una cabra, incluyendo un café que podría usarse para desatrancar cañerías.
Los hoteleros no paran de quejarse de la competencia de los apartamentos turísticos, pero deberían echarle una pensada a la calidad menguante de algunos de sus establecimientos. Que habrá sido cuestión de mera mala suerte, pero que vaya racha llevo. O lo mismo soy yo el quejica… pero no. Ese regüeldo que me acaba de llegar a través de la puerta medianera de mi cuarto con la habitación vecina dice tanto…
¿Tienes una suscripción? Inicia sesión