Borrar

Equidistante de la deuda

Jesús Lens

Granada

Jueves, 4 de septiembre 2025, 22:45

Comenta

Hoy voy a hacer dos cosas que habitualmente no sólo no haría, sino que denostaría que hiciera cualquier otra persona. Empezaré por alegrarme del mal ... ajeno. Les confieso que cuando leí que Pedro Sánchez tuvo que dar la vuelta en su viaje a París en el Falcon por una avería técnica que no ha trascendido, sonreí para mis adentros. «¡Ea! Así sabes cómo se sienten miles de usuarios del AVE que no vuela entre Madrid y Granada». Una maldad sin importancia, un rapto de malafollá después de comprobar que el fallo en cuestión no revistió gravedad. Eso sí, sobre la marcha, mi yo negro-criminal empezó a fantasear con que hubiera sido otro sabotaje de los rusos, como el que interfirió en el GPS del avión en el que viajaba Von der Leyen hace unos días. ¿Estará Putin mandando avisos, que nuestro presidente iba camino de la capital francesa para reunirse con Zelenski? Como supongo que no lo sabremos nunca, me quedo con que fue la junta de la trócola mal ajustada y a volar. O no, como fue el caso.

Este contenido es exclusivo para suscriptores

Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.

Reporta un error en esta noticia

* Campos obligatorios

ideal Equidistante de la deuda