Despertadores de vocaciones
Al menos tres veces me emocioné el pasado jueves en el Parque de las Ciencias durante el encuentro de Carlos García-Galán, ingeniero de la ... NASA, con la chavalería que llenó hasta la bandera el salón de actos. La primera ya la contó magistralmente nuestro compañero José Enrique Cabrero, cuando Dani, un chavalito con altas capacidades llegado de Sevilla, le preguntó qué tenía que hacer un niño como él para convertirse en un hombre como Carlos. El «Oooooooh» del auditorio se escuchó hasta en la Luna. Otro momento mágico llegó cuando Carlos y Dani se sentaron delante del prototipo de traje espacial diseñado por nuestro querido, reverenciado e idolatrado Emilio Herrera Linares que sirvió de inspiración al trabajo posterior de la NASA. Dani estaba tan emocionado y nervioso que a duras penas resistía las ganas de echarse en brazos de su ídolo. El tercero es más egoísta. Carlos García-Galán dedicó 45 minutos a explicar las diferentes fases de la misión Artemis que tiene como objetivo llevar a la humanidad a Marte. En un momento dado, cuando había detallado el plan para los próximos diez años, se plantó: «a partir de aquí, os toca a vosotros», le dijo a la chavalada. Efectivamente, los estudiantes de hoy serán los ingenieros del 2035. Y los astronautas, pilotos, geólogos, biólogos, arquitectos, controladores y un largo etcétera de profesiones directa o indirectamente relacionadas con los viajes espaciales.
En momentos así cobras conciencia de lo mayores que empezamos a ser. A lo más que puede aspirar la gente de nuestra generación es a verlo, admirarlo y disfrutarlo desde la distancia. Que yo lo firmo, faltaría más, pero también es verdad que mataría por formar parte de esa Generación Artemis llamada a afrontar desafíos interestelares.
¿Cuántas vocaciones científicas habrá despertado Carlos García-Galán a través de una de las charlas más inspiradoras que he escuchado jamás? Porque, además de los 400 estudiantes in situ, había 13.000 más conectados por streaming en 340 centros de enseñanza de toda España. No sé si somos conscientes del lujazo que es el Parque de las Ciencias de Granada. Como organizador de Gravite, el festival patrocinado por CaixaBank que reivindica la tercera cultura que fusiona artes, ciencias y letras; contar con aliados así es imprescindible, garantía de éxito.
Y es que si hablamos de vocaciones científicas, habría que estudiar y cuantificar la importancia de esta institución a la hora de despertar pasión por la ciencia en miles y miles de jóvenes de distintas generaciones.
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