Centro Lorca: luz y seguridad
Empecemos por una pregunta: si le digo que el Centro Lorca tendrá un presupuesto de 832.427,69 euros para 2024, ¿piensa usted que es ... mucho, poco, nada o una medianía?
Vale. Otra pregunta. ¿Ha ido usted a alguna actividad del Centro Lorca este año? ¿Ha visitado alguna exposición y/o disfrutado de recitales, obras de teatro o conciertos? Pues sepa usted que el año que viene lo va a tener crudo: el presupuesto para actividades culturales del que debía ser un referente imprescindible en Granada mengua de los 187.926,69 euros de este año a los 101.176,69 euros para el próximo, tal y como nos contaba Pablo Rodríguez hace unos días.
Que de un presupuesto de más de 800.000 euros queden apenas 100.000 para actividad CULTURAL en un centro CULTURAL que ha costado un potosí es bien llamativo, curioso y sintomático. Lo sé, lo sé. Estoy siendo ventajista. El Centro Lorca es más, mucho más que un mero centro cultural. Allí se encuentra el mítico legado de Federico García Lorca, sus papeles, dibujos y fotos y eso es algo que, además de henchirnos de orgullo y satisfacción, hay que proteger como la joya de la corona que indudablemente es.
De ahí que en el presupuesto desglosado de la institución para 2024 se dedique especial atención a las partidas dedicadas a la seguridad, no vayamos a convertirnos en hazmerreír universal con una versión malafollá y lorquiana del 'El robobo de la jojoya'.
Lo que no me queda tan claro es el nada desdeñable incremento de las partidas dedicadas al suministro eléctrico: de 100.000 a 175.000 euros. Eso hay que explicarlo mejor. O hasta ahora no se veía un carajo en el Centro Lorca o es que, para 2024 y ante la falta de presupuesto para actividades culturales, se está planteando una performance luminescente que ilumine el vacío con toda intensidad. ¿Será una metáfora de luz?
Esto es como predicar en el desierto y, además, de perogrullo: no se puede aspirar a ser una gran capital cultural sin dedicarle partidas presupuestarias dignas a la cultura. El amor al arte está muy bien, pero no paga facturas. El Centro Lorca se ha convertido en epítome de la Granada cultural del quiero y no puedo. Debería ser uno de los mascarones de proa de la cultura granadina, polo de atracción de visitantes de España y del extranjero, y ahí está, varado, con muchas luces y pocas nueces.
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