250.000 malafollás

Por la propia lógica del invento, la nueva vivienda se construye en los nuevos barrios residenciales de la capital, por los bordes y los extremos. ¿Pero qué pasa con el Centro, así en mayúsculas? Es una pregunta, ojo, para la que no tengo respuesta. ¿Contamos con datos sobre el éxodo de vecinos de los barrios de la Granada de toda la vida?

Me acuerdo de un amigo que, medio en broma, pero totalmente en serio, me decía que vivir al otro lado del Genil no era vivir en Granada. Se acabó yendo a trabajar (y a vivir) a Barcelona, aunque no sé si a Barcelona, Barcelona o a la 'otra' Barcelona. ¿Quedará el Centro nada más que para los muy ricos y muy pudientes y para apartamentos turísticos?

Enlazo con otra pregunta: ¿serán 'granadinos' los turistas que ocupen los pisos dedicados a tal menester, aunque sea por unos pocos días, un puñado de horas incluso? ¿O para ser considerado como un auténtico malafollá con pedigrí habrá que acreditar una residencia de, como mínimo, 10 meses al año, al estilo de los contribuyentes que tributan en Andorra?

La idea de que, allá por el 2035, haya 250.000 habitantes censados en Granada está muy bien. Pero sería interesante replantear qué Granada queremos para entonces. Lo del proyecto de ciudad, y tal y tal. La deriva del Centro, casi todo entero orientado hacia el turismo, es muy delicada. Por no hablar de lo que pasa en barrios históricos como el Albaicín o el Realejo.

Para otro día nos dejamos la cuestión de la Gran Granada de 500.000 habitantes. Esa hipotética Granada metropolitana, integrada, vertebrada y comunicada, que ni ustedes ni yo veremos jamás. ¿O sí?