Soto
La mayor concentración de cigüeñas de la comunidad madrileña reside en esta zona, como se advierte en los nidos del campanario de la iglesia de la Inmaculada Concepción
Javier Pereda Pereda
Jueves, 21 de agosto 2025, 22:38
Las tres primeras semanas de agosto he descansado en el municipio madrileño de Soto del Real. Antiguamente se llamaba Chozas de la Sierra, situado en ... la zona sur de la sierra de Guadarrama, en la Cuenca Alta del Manzanares. Está ubicado a mil metros de altitud, y consta en su demarcación el embalse de Santillana y la cima de La Najarra, a más de dos mil metros. Limita al norte con el municipio de Rascafría; once kilómetros al sur con Colmenar Viejo, su partido judicial; ocho kilómetros al este Miraflores de la Sierra; y al oeste Manzanares El Real. En el siglo XII surgió el litigio entre los concejos de Segovia y Madrid que se disputaban estas tierras. Los segovianos se apropiaron de Colmenar Viejo y Manzanares. Según la leyenda, los madrileños quemaron estos territorios al no retirarse los segovienses, y de ahí la denominación de Soto: 'Casas Quemadas'. En el siglo XV, el rey Juan II tomó cartas en el asunto y regentó estas circunscripciones, de donde procede el nombre de 'real', y entregó al marqués de Santillana estos territorios, en calidad de señorío perpetuo.
En el siglo XVI, Felipe II otorgó el título de Villazgo a Chozas de la Sierra, separado del Real de Manzanares, concediendo los atributos de «horca, cuchillo, picota, cárcel y cepo». En 1959 se cambió el nombre de esta población de Chozas de la Sierra, que parecía antiestético, por el de Soto del Real, siendo uno de sus principales promotores el arzobispo sotorrealeño Casimiro Morcillo. El paisaje más característico lo representa las dehesas de fresnos, como pasto para el ganado vacuno, con robles carrasqueños y de marojo, además de las encinas. La mayor concentración de cigüeñas de la comunidad madrileña reside en esta zona, como se advierte en los nidos del campanario de la iglesia de la Inmaculada Concepción.
En este magnífico entorno cargado de historia, he tenido la suerte de participar en un enriquecedor curso de verano universitario, con cerca de cuarenta asistentes, quienes todos han realizado algunas aportaciones. Además, se ha abordado por especialistas temas actuales sobre la ciencia y la ética: la adopción de embriones, medicina regenerativa y células madre, los límites de la medicina voluntaria, trasplantes, retirada de terapias y sedación terminal; el transhumanismo, la transexualidad, las tecnologías, cristianismo y la necesidad de la belleza, el cuidado de los mayores o el papel del padre en la familia.
Un experimentado director de periódico reflexionó sobre la situación actual de los medios de comunicación; un reconocido arquitecto aportó propuestas para que los jóvenes puedan acceder a la vivienda. Se planteó la adicción a la pornografía por psiquiatras; el marketing en el séptimo arte; el pensamiento de John Henry Newman; la difusión de la música española desde la Reconquista en Hispanoamérica; el último medio siglo en la reevangelización de Asia desde Filipinas: Hong Kong, Singapur, Taiwán, Corea del Sur, Vietnam y Malasia; la libertad religiosa en Abu Dabi; la experiencia profesional de dos españoles en Suecia e Irlanda; o la próxima beatificación de los 124 mártires de Jaén.
Pese al apretado programa, ha dado tiempo para visitar El Real Monasterio de San Lorenzo de El Escorial, las colecciones de Goya y Velázquez en el Museo del Prado, el Real Sitio de San Ildefonso y La Granja en Segovia, o el parque temático francés 'Puy du Fou' en Toledo. La gastronomía del lugar como la miel, los quesos de oveja, las setas y los níscalos, junto con las carnes de la sierra de Guadarrama, han acompañado la mesa, al compás de chotis madrileños. En el tiempo libre se han realizado recorridos por la sierra, y los ciclistas han disfrutado de los puertos de la Morcuera, Canencia y Navacerrada.
En el día grande de la Virgen de agosto, la Asunción, algunos acudieron a la ermita de la Virgen de los Remedios, patrona de Colmenar Viejo. Tuve la alegría de utilizar el carril bici desde el Soto a Madrid, y visitar en la planta 33 de la Torre Emperador, el Sagrario más alto de Europa. Es una gozada atravesar en bicicleta la Castellana, pasando por el Santiago
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