Debate
El candidato de las cuatro mayorías en Galicia demostró aplomo, serenidad, control ante las constantes provocaciones.
Javier Pereda Pereda
Jueves, 13 de julio 2023, 23:27
El debate en Antena 3 entre Sánchez y Feijóo para alcanzar la presidencia del Gobierno ha dictado una sentencia mortal por la Misión: Imposible. Aunque ... el cara a cara presentó la mitad de audiencia que en otros debates y apenas influye en el voto, las expectativas se centraban en si después del 28-M habría partido. Hay que reconocer las grandes dosis de imaginación para alcanzar el poder por los equipos propagandísticos de Ferraz y Moncloa (se confunde lo partidista con lo institucional).
En plena canícula se facilita el mensaje electoral al llevar los contenidos políticos a las casas de los ciudadanos, sentados en la sala de estar con el aire acondicionado; mejor que convocarles con 40º en una plaza de toros, donde se puede escapar alguna cornada de aforo. Resulta inédita la performance del candidato socialista, sin pudor y sin vergüenza, entrevistando a sus ministros con loas al Gobierno. Calviño con el crecimiento económico; Escrivá con las suculentas pensiones; Planas para incendiar el mundo rural; y Ribera en bicicleta sostenible y ecológica, hazmerreír hasta en Nueva Zelanda. El narcisista Sánchez se ha prodigado en programas con Ana Rosa Quintana, donde se molestaba al criticarle, porque él nunca miente, sólo cambia de opinión. Con Jordi Évole el partido estaba amañado. Con Pablo Motos en El Hormiguero y una audiencia de tres millones, también sesión de relax y masaje.
Sin embargo, en Onda Cero, Carlos Alsina le espetó a bocajarro el pensar de la mayoría, que resume los estertores del mandato presidencial: «¿Por qué nos ha mentido tanto?». No parece que haya aceptado la invitación de Carlos Herrera en la Cope o Federico Jiménez Losantos, en donde no saldría indemne, después de las lindezas que profiere a los políticos, salvo a Ayuso. Teatraliza hacerse la víctima, pese a que ha surgido desde la sociedad el lema electoral '¡Que te vote Txapote!'. Este etarra asesinó a Miguel Ángel Blanco —ayer hizo 26 años—, concejal en Ermua del PP. La crítica a Pedro Sánchez consiste en la indecencia de tener como socio parlamentario al partido heredero de dicha banda terrorista, EH Bildu.
El debate del pasado lunes, según la mayoría de medios, incluido El País, lo perdió por goleada el sanchismo —una adulteración de la socialdemocracia del PSOE—, como pudieron comprobar seis millones de telespectadores. El doctor Sánchez está incapacitado para liderar a una gran nación como España, cargo que requiere una personalidad equilibrada, porque no merecemos un presidente que nos mienta, faltón, narcisista, incontrolado, déspota, pagado de sí mismo, vanidoso, que se aferra al poder a toda costa, que pretendió trabar el debate sin dejar hablar al adversario. El gallego le ofreció sin éxito un compromiso por escrito para que gobernara la formación más votada, con abstención de la segunda en la investidura; de esta forma fortalecían el bipartidismo, sin tener que pactar con Sumar, ERC o Bildu, por una parte, y Vox por otra.
El candidato de las cuatro mayorías en Galicia demostró aplomo, serenidad, control ante las constantes provocaciones, fina ironía para explicar quién saca a pasear el Falcon, con empaque presidencial. Le faltó rematar la faena para contrarrestar el supremacismo moral sanchista, porque, al parecer, éste sí que puede pactar con comunistas, golpistas y terroristas, mientras demoniza al PP por hacerlo con el partido de Ortega Lara; para el socio principal de Otegui y Aizpurúa, el partido de Abascal es constitucional pero no constitucionalista. La tercera formación parlamentaria, con cuatro millones de electores, molesta a los medios de comunicación del bipartidismo y a la dupla Aznar-Feijóo; le lanzan 'fatwas' ('lo pagarán') y le tienden cordones sanitarios por la arrogancia de patrimonializar el voto útil. Resultó patético que Atresmedia se entregara obscenamente al poder, con una moderadora-comisaria, Ana Pastor, que mostró su neutralidad al modo 'Negreira', espetando a Alberto Núñez «Que las mujeres en España tienen miedo a que Vox llegue al Gobierno, porque las dejaría desprotegidas de las agresiones de sus parejas»; cuando el único miedo lo genera la ley 'sueltavioladores', con cien excarcelaciones.
No se recomienda vender la piel del oso antes de cazarlo. El sanchismo utilizará sin escrúpulos todos los resortes del poder: CIS, Correos, INE… Ya queda menos para desalojar al inquilino de la Moncloa.
¿Tienes una suscripción? Inicia sesión