Jerséis de rayas
A la última ·
Retorna la lluvia, bajan las temperaturas y vuelven los jerséis de rayasRetorna la lluvia, bajan las temperaturas y vuelven los jerséis de rayas. Rayitas estrechas en los suéter y pulóver de mujer y anchas en los ... masculinos. Será una moda pasajera, de una temporada. En los años 60 del siglo pasado, también triunfaban los jerséis de rayas, pero fue una moda duradera: aún eran tendencia en los 80. Su éxito durante décadas no se debió a una cuestión estética, sino pragmática y económica. Nuestras madres destejían prendas viejas y con la lana, cada ovillo de un color, confeccionaban jerséis que, forzosamente, eran de rayas.
Esos hippies y yeyés revolucionarios, que aparecen en las fotos de los 60 y los 80 con la pose interesante de quien está a punto de cambiar el mundo, visten un jersey de rayas, pero no porque fuera la prenda oficial de mayo del 68, sino porque tenían unas madres muy apañadas. Y ni cambiaron el mundo ni cambiaron de jersey hasta que Amancio Ortega dejó de vender batas boatiné y se dedicó a la moda prêt-à-porter.
Ahora, los jerséis solo son de rayas si, como sucede este año, lo manda la moda. Y ya no se teje para sobrevivir económicamente, sino para sobrevivir anímicamente. El ganchillo, el croché y el patchwork se han convertido en técnicas de relajación y meditación, una especie de camino de superación para espantar la angustia y llegar al mindfulness a través del punto de cruz. Las tiendas de lana tienen un taller incorporado donde hombres y mujeres confeccionan pantuflas, chales y ponchos en un reconfortante ejercicio de concentración. Antes, superábamos los problemas económicos con agujas y madejas. Ahora, olvidamos los problemas del alma gracias a la lana y, este otoño, tejeremos jerséis de rayas para no rayarnos.
¿Tienes una suscripción? Inicia sesión