Infoca

Resulta, además, que en esta ocasión aludimos al término para señalar que algo va funcionando como es debido. Porque el plan para controlar los incendios que se producen en nuestra comunidad autónoma está dando unos resultados bastante satisfactorios. De hecho, los incendios que tienen lugar en nuestra tierra no llegan a alcanzar los temidos valores que en ocasiones se dan en unos hechos tan indeseables. Con alguna que otra excepción, que siempre las hay. En este caso, las excepciones –por lo que se refiere a la provincia- se han producido en Eníx y en Níjar. La primera de ellas en febrero, cuando ardieron seiscientas treinta y nueve hectáreas. La otra tuvo lugar en Níjar durante el mes de junio: se perdieron nada menos que mil ochocientas. Eso se debió a los efectos de un rayo. Encima, no podemos echarle la culpa a nadie.

Todo esto refiriéndonos a lo ocurrido en lo que va del año y ya superado el verano (la incidencia es mayor en esta época, por razones lógicas). Podemos estar satisfechos de unos datos que son comparativamente mejores que los del año anterior. Así y todo, estamos hablando de cincuenta y dos incendios, cuarenta de los cuales se quedaron en conatos. Aunque este año todavía queda una semana para que se cumpla el tiempo previsto en emergencias de ese tipo.

De esto y otras cosas nos hemos enterado los almerienses de IDEAL debido al trabajo de Alicia Amate publicado el otro día. A mí me sigue pareciendo que cincuenta y dos son muchos incendios. Pero, aunque sea una cifra considerable, es menor que la media registrada en una década.

Lo mejor en su conjunto es que los fuegos han sido controlados antes de que se produjeran grandes desastres. El caso es que el ochenta y tres por ciento de ellos se quedaron en meros conatos. Y todo ello, por supuesto, gracias al buen hacer del Infoca. Otro aspecto que nos favorece es que no estamos entre las provincias andaluzas donde más se ha tenido que actuar en este terreno. También es verdad –y hay que reconocerlo- que nuestra masa forestal es inferior a la que tienen otras provincias. Y el tipo de flora que mantenemos es básicamente matojos, lo que también nos proporciona otra ventaja: la recuperación del terreno es más rápida y eficaz. Siempre hay algún motivo para alegrarse.

Como las valoraciones siempre las hacen los políticos, no es de extrañar que se presuma de que somos los que más medios aéreos hemos dispuesto para luchar contra el fuego. Yo no lo dudo.

Otro de los aspectos importantes en este asunto es el de las instalaciones que propician el control para que las cosas no vayan a más. En esto también somos ejemplares, dado que hemos invertido mucho dinero en su mantenimiento. Nada menos que cincuenta millones, que se dice pronto.

En conjunto, debemos sentirnos satisfechos por lo conseguido. Porque pocas cosas hay más destructivas que el fuego, si es que hay alguna.

También, porque es justo, hay que felicitar a este servicio público por su eficacia. Un ejemplo para otros. Enhorabuena.