La indolente Patricia
«No puede contra la burocracia la pobre consejera. Les pide que esperen, que el médico ya vendrá, que están solucionando unos problemillas. Pues esta es la administración andaluza que tenemos: lenta, indolente y deshumanizada»
El próximo lunes se cumplirá un mes sin médico en el Colegio Público de Educación Especial Provincial Princesa Sofía. Allí estudian 126 menores con necesidades ... educativas especiales que necesitan diariamente que se les administre medicación y que se supervise su estado de salud para certificar que todo va bien y que el ajetreo diario no ha pasado factura a ninguno de ellos.
No son estudiantes cualesquiera. Ellos y ellas están allí, y no en cualquiera de las aulas específicas de los colegios públicos de la provincia, por unos motivos concretos. No es casualidad. Necesitan una supervisión específica por motivos de salud. Sin embargo, desde la Consejería de Desarrollo Educativo sólo reciben largas. El Gobierno andaluz hace una evidente dejación de funciones puesto que no trata –y está solo en su mano- que estas personas cuenten con la atención que requieren y a la que tienen derecho, porque está en la normativa educativa. El 20 de enero, según han explicado las familias, el médico no fue y nadie le sustituyó. Así van ya cuatro semanas.
Obviamente, no han estado quietas. Se lo dijeron al delegado de Educación varias veces, pero ni caso, y muy pacientemente, pensando en que aún había una solución discreta posible, tardaron en acudir a los medios de comunicación. Pero ya no pudieron más. Temen que un día ocurra algo y tienen que forzar una solución. Su historia la sacó este periódico. También fueron a la oposición en la Junta de Andalucía que esta semana llevó la cuestión al Parlamento, pero no se extrajo compromiso ninguno por parte de la Junta de Andalucía.
Allí se describió la situación en la que se encuentran. Personas que pueden sufrir crisis epilépticas, ataques de ansiedad, que necesitan ser atendidas porque conviven con las secuelas de una intervención quirúrgica importante, pero que no tienen un médico al que dirigirse.
Cuentan con una enfermera, pero no es suficiente. Así lo creen las familias que son quienes padecen el problema en primera persona y que saben, un mes después, que sus circunstancias y vicisitudes poco o nada importan al delegado de Educación y, mucho menos a la consejera, que está en Sevilla y que cuando vino a Almería lo hizo para verse con los empresarios para hablar de una FP Dual en la que tampoco cree, pero que no acudió a ver qué pasaba en el Princesa Sofía.
No imagino yo a Patricia del Pozo un mes sin luz o agua en su casa. Tampoco me la imagino en la puerta de su casa un mes esperando a que venga el cerrajero. Inaudito sería que su casa se inundara y que no acudiera en un mes el personal del seguro. A todo esto que a ella le sucediera seguro que le pondría remedio de inmediato, pero que no haya médico sustituto en el colegio Princesa Sofía al día siguiente de que faltara el titular le parece lógico y natural.
No puede contra la burocracia la pobre consejera. Les pide que esperen, que el médico ya vendrá, que están solucionando unos problemillas. Pues esta es la administración andaluza que tenemos: lenta, indolente y deshumanizada representada en personas que, como Patricia del Pozo, sienten cero empatía hacia el dolor ajeno. El sufrimiento de estas familias no les duele y hay que ir tomando ya nota de a quienes tenemos al frente.
¿Tienes una suscripción? Inicia sesión