Semanas como esta, preñadas de noticias sorprendentes, me obligan a sacar no un turíbulo de parroquia sino un botafumeiro como el compostelano. Aún así me ... va a faltar incienso. ¿O no es para quitarse el sombrero y hacer quince zalemas saber que se ha aprobado por la junta de gobierno local un nuevo avance del Plan Albaicín? Otro día cualquiera serviría de mofa ver que este simple borrador, esta propuesta, una más, incluye –manda huevos– las «aportaciones que hicieron los vecinos años atrás». Si yo fuera uno de esos vecinos montaría en cólera al constatar que el proyecto avanza como tortuga coja, pero hoy me pide el cuerpo abrir la naveta y echar en el incensario un 'puñaillo' de esta resina aromática dirigida al concejal de Urbanismo por mover de nuevo las conciencias ciudadanas hacia esa joya de barrio con tanto brillo perdido que tiene que recobrar. Sí, es solo un borrador, pero, cáspita, ya tenemos un nuevo asunto pendiente, para incluir en el listado de las grandes esperanzas granadinas: el Acelerador de partículas, el Corredor mediterráneo, las canalizaciones de Rules, el metro por el centro, el soterramiento de las vías por la Chana, la ubicación definitiva de la estación ferroviaria, el cierre del anillo de la Circunvalación, el cordón verde de miles de árboles alrededor de Graná para aminorar la contaminación, el olvidado Espacio Escénico o el gran Museo de la ciudad que todavía espera el debate sobre su sede. En fin, todos esos asuntos que alimentan las ilusiones y las frustraciones de la ciudad durmiente.
Vaya por Dios. Se me ha colado entre las líneas la 'malafollá'. Lo que yo simplemente pretendía era dar fe de mi sorpresa ante el conocimiento que Paco Cuenca tiene de la obra de Raúl Zurita, el chileno galardonado con el premio Lorca de Poesía. Tras supervisar a diario las complicadas maniobras que exige el galeón anclado en la Plaza del Carmen para no hundirse, el alcalde se empapa de poesía. Por ello, al conocerse el fallo, definió al galardonado como «autor de una obra poética creativa, en permanente proceso vital, que juega con las grandes reflexiones del momento». A ver si eso no merece que un servidor mueva en su honor el incensario. Otras dos paletadas de aroma oriental también van para Paco por su intervención ese mismo día en el congreso de Inteligencia Artificial que –cito textualmente– «no es solo un tema de oportunidad, es de visión», y para la secretaria de Estado Carme Artigas, quien aseguró que «Granada ya es ganadora, tenga o no la agencia estatal de inteligencia artificial». Ahí es nada. Vivimos en un futuro presente o en un presente futuro. Tocamos el cielo con los dedos.
Pero al mismo tiempo notamos –como en la Casablanca de Bogart– que nuestro mundo se derrumba y nosotros nos enamoramos… o nos desnortamos. El 'quid' está en esas gafas para optimistas que usan algunos plumillas y yo no encuentro. Miramos lo mismo, vemos lo mismo, pero lo contamos de manera diferente. Veo que avanza imparable en Granada el cultivo de marihuana, que ya hasta se cosecha en autocaravanas. Veo la suciedad galopante, la inseguridad y el incremento de reyertas con armas de fuego. Pero me apabullan contándome todos los proyectos antes mencionados y muchos más. Nos piden a los periodistas que seamos los perros guardianes ante los abusos del poder. Lo procuro, mientras algunos prefieren el papel de perrillo faldero y con collar. Y entre el incienso y la maría se nos ha colado la contaminación: la ambiental y la otra.
¿Tienes una suscripción? Inicia sesión