Improvisa que algo queda
Si no fuera porque 30.000 muertos nos contemplan, sería para hacer risas
Curri Valenzuela
Martes, 19 de mayo 2020, 03:11
Palabra de BOE. Son las tres palabras aceptadas por los burócratas como sinónimo de fiabilidad y exigencia. Si el Boletín Oficial del Estado publicaba una ... orden ministerial, esta era acatada por los sectores afectados de la sociedad con la certeza de que hasta que llegara otro gobierno, al menos otro ministro, se mantendría en vigor. Una más de las de las cosas que se ha llevado por delante la gestión política de la pandemia del coronavirus en este país y otra muestra más de la improvisación con la que nos está gobernando Pedro Sánchez.
Si no fuera porque 30.000 muertos nos contemplan, sería para hacer risas. Si supiéramos quiénes componen el comité asesor del ministro Illa, podríamos conocer qué mentes veletas redactan una orden ministerial, se van a comer a casa, se topan con la realidad, y al volver al trabajo por la tarde se retractan porque han caído en la cuenta, por poner un ejemplo, que prohibir las rebajas a los pequeños comerciantes que abren tras alcanzar su ciudad la fase 1 es condenarles a tirar a la basura el stock acumulado de temporada de primavera.
¿A quién se le ocurrió que en los pueblos pequeños hay que establecer horarios para que sus ciudadanos se lleguen a la plaza según su edad y circunstancias? ¿Qué persona decidió que dos personas que duermen juntas tienen que viajar en filas distintas de un automóvil? ¿Y aquel que tuvo la idea de que los menores de 14 años solo salieran a la calle de la mano de sus padres para comprar en el supermercado? Una muestra de las muchas rectificaciones del BOE.
La última, por ahora: donde solo se autorizaba la apertura de tiendas de menos de 400 metros cuadrados se admite que establecimientos de mayor tamaño abran solo 400 metros cuadrados a sus clientes. Dicho para que se entienda: en lugar de que la gente circule cómodamente por los espaciosos pasillos de Zara, tendrá que vigilarse que no se den codazos en un espacio más reducido.
No solo los españoles nos quedamos perplejos por las improvisaciones de nuestro Gobierno. Para perplejidad, la que ha causado en Europa el cierre de nuestras fronteras con Francia mientras el resto de sus principales países se las abren entre sí, lo que va a facilitar al menos parte del turismo veraniego entre ellos, con España excluida. Ni siquiera el Ejecutivo francés fue informado de antemano, algo inaudito entre naciones vecinas. El porqué de lo que se ha hecho queda en el aire. La rectificación, más que posible. Es el estilo Sánchez de gobernar: improvisa, que algo queda.
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