Lo que es importante
Puerta Real ·
No debe ser casual que las comunidades que más han recortado, privatizado y maltratado a la sanidad pública sean las que más víctimas están recogiendoMaría Dolores Fernández Fígares
Granada
Miércoles, 8 de abril 2020, 03:40
De la misma manera que los jabalíes campan por sus respetos en las carreteras de Córdoba, que los delfines nadan felices en el puerto de ... Cádiz, esta insólita pandemia está haciendo visibles cosas que antes se quedaban escondidas. Y como los jabalíes y los delfines, están saliendo a la luz la generosidad, la fraternidad, la capacidad de sacrificio, la empatía… pero también la falta de educación, el egoísmo, la carencia de empatía, y el engaño, que está por todas partes haciendo ruido.
Es lógico que nos preguntemos qué nos ha traído hasta aquí. Lo malo son las respuestas que encontramos en según en qué sitios. Que, por lo que estamos viendo, sigamos desunidos echando las culpas a unos o a otros. Y lo peor es el mal ejemplo que nos están dando los privilegiados miembros de la clase política, aunque unos más que otros, esa es la verdad.
Esta pandemia nos ha pillado con un Estado muy desectructurado, donde cada autonomía hace de su capa un sayo, mientras los gobiernos de España, de todos los colores, y desde hace años, apenas si intervienen, ni han sido capaces de diseñar estrategias generales que armonicen las particulares y trasladen de unos a otros las buenas experiencias para aprender y las malas para no repetirlas. Eso tenían que haberlo hecho hace tiempo, destinando el Senado para situar el diálogo de las comunidades o regiones. Ahora debe ser muy difícil intentar coordinar a quienes no han estado nunca coordinados, siempre echando la culpa de sus males al Estado central, sin la menor autocrítica. Por otra parte, no debe ser casual que las comunidades que más han recortado, privatizado y maltratado a la sanidad pública sean las que más víctimas están recogiendo.
Para qué seguir la línea acusadora. Saquemos la consecuencia de que debemos cuidar mucho más este gran tesoro que es nuestro sistema sanitario y eso pasa por un buen análisis y consensuar entre todos los 'reinos de taifas' una estrategia común, que incluya tratar mejor a los profesionales sanitarios, y de paso a los usuarios de la atención primaria que está en la base de un sistema que empezaba a tambalearse por ahí.
Y si es indispensable estar sanos también lo es que estemos todos mejor educados, es decir que nuestro sistema educativo público, en vez de dedicarse a adiestrar a los peones de la sociedad de consumo, ofrezca valores éticos, reales y universales, aceptados por todos, con sentido de bien común y de civismo o ética social, que forme a generaciones solidarias, críticas, pero comprometidas con los demás.
Otra lección aprendida es la insoslayable importancia de la investigación científica, tan maltratada por la crisis, como si fuera un lujo. Como decía un colega hace unos días, algo va mal en una sociedad que paga sueldos astronómicos por ir detrás de un balón y reparte miseria entre el personal sanitario y los investigadores, obligándolos a irse de España. Demos a nuestros políticos ideas y sugerencias, pues por lo visto solo saben criticar.
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