...Y la luz se hizo en las Cortes
Huesos de aceituna ·
Los últimos días nos ha reconfortado saber que, entre nuestros representantes políticos, hay también mucha gente que trabaja duroA vueltas con la crónica política, un día sí y otro también somos testigos pasivos de las refriegas entre partidos, en las que no es ... extraño el lenguaje de baja estofa y los gestos groseros, en ocasiones más propios de un establo. Los grandes debates parlamentarios, televisados hoy en su totalidad, transcurren entre el griterío, el pataleo y los insultos desde el 'graderío', porque los señores diputados parecen, en algunos casos, componer la hinchada ultra de un club de fútbol de los años 80 o 90. Llevados estos extremos a nuestra tierra, no hay más que ver hace una semana al portavoz de la ultraderecha en el Parlamento andaluz mandar a la Presidenta de la cámara a un sitio que no especificaré por respeto a ustedes y a mí mismo. Además, propinando golpes al micrófono y mostrando con claridad el poco respeto que profesa a la institución de la cobra. Y muy bien por cierto, a juzgar por el buen número de comisiones del que es portavoz, vicepresidente, secretario o vocal.
Sin embargo, los últimos días nos ha reconfortado saber que, entre nuestros representantes políticos, hay también mucha gente que trabaja duro. Yo creo que la mayoría forman parte de ese grupo; siempre lo he creído, a pesar de todo y aunque vuelvan a tacharme de optimista. Prueba de ello es que se están finiquitando unos nuevos Presupuestos Generales del Estado, que por fin enviarán al baúl de los recuerdos las cuentas de Montoro, tan dignas de olvido como los tiempos del 'austericidio', que acabaron con las esperanzas de futuro, sobre todo, de la población más joven, sin acceso a un salario digno. Ya han anunciado el 'sí' las formaciones necesarias para una mayoría simple, aun con el 'no' definitivo de los de Arrimadas, que parecen haberse olvidado sus 10 pírricos escaños. Por su parte, el Partido Popular ni está ni se le espera en estas difíciles circunstancias para toda la ciudadanía, que necesita como agua de mayo los fondos prometidos por la Unión Europea; y que no llegarían sin unos nuevos PGE.
Parece mentira que hasta la CEOE haya dado un paso adelante para poner de relieve sus aportaciones, como protagonista del diálogo social que tan buenos frutos ha dado durante los meses de pandemia, con una sintonía casi sin precedentes –sorprendente para muchos– con los sindicatos y con la eficaz ministra de Trabajo, Yolanda Díaz. Sí, hombre, la peligrosa 'podemita-comunista-bolivariana'. Con lo que buena parte de esos acuerdos también formarán parte de las cuentas públicas y servirán de base para que, en la medida de lo posible, no vuelvan a quedar en la estacada quienes ya quedaron atrás a lo largo de la pasada crisis. Ya lo dijo el propio Presidente de la organización empresarial: si queremos que todo funcione, «necesitamos empleo de calidad». Esa es la idea.
También, por mayoría, salió adelante la LOMLOE, también denominada 'Ley Celaá'. Dejando atrás la norma educativa perpetrada por el digno de olvido José Ignacio Wert. Que, indudablemente, favoreció a los colegios concertados, a la religión católica y a la enseñanza segregada –en varios sentidos–; con una clarísima y desacomplejada ideologización que impregnaba todo el texto. Y, como la memoria suele ser bastante corta cuando no se consolida con la lectura, les ruego que lean las noticias de hace diez años, que relataban los ímprobos –y al fin estériles– esfuerzos del entonces ministro de Educación, Ángel Gabilondo, por una ley de consenso. Si no pudo ser entonces…
Y una vez demostrado que hay muchos diputados y diputadas que hacen su trabajo con el empeño y la vocación de servicio público que merece su eventual cargo, haré mención del momento, en mi opinión, más emocionante de la semana en el ámbito político. Me refiero al detalle -que hay quien prefirió silenciar- del diputado de Bildu, Jon Iñárritu, con un diputado de la ultraderecha, víctima de ETA. Le dijo esto: «Toda víctima de cualquier violencia merece todo mi respeto, solidaridad y pésame. Y usted, independientemente de lo que yo piense de su formación, que seguramente sea lo mismo que usted piensa de la mía, tiene mi respeto como persona, pero como víctima tiene también mi solidaridad personal y profunda». ¿No les parece extraordinario? No sólo porque un representante de Bildu manifieste tal cosa en sede parlamentaria, sino que también lo haga mirando a los ojos a alguien tan opuesto ideológicamente a él. Este es el camino.
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