El pasado miércoles, el presidente de la Diputación provincial visitó junto a otras autoridades las parcelas donde se han empezado a construir edificios auxiliares del ... futuro acelerador de partículas. Pocos días atrás, Croacia había manifestado su interés en sumarse a este proyecto, algo que llevó al político socialista a proclamar que la provincia estaba viviendo un momento «histórico» ante la inminente llegada de un proyecto «que no tiene marcha atrás». Nada que objetar. Tenía y tiene toda la razón el máximo mandatario diputacional. El acelerador de partículas merece entrar en los anales de la provincia y marcará un antes y un después, bla, bla, bla...
Dos días después, José Entrena, a la sazón presidente de la Diputación, promovió en Moclín la constitución de un frente común de todas las instituciones para combatir el problema de la despoblación, esa lenta carcoma que amenaza a comarcas enteras de nuestra provincia. Administraciones, sindicatos, empresarios... todos a una para evitar que los pueblos se vacíen. Una iniciativa tan loable como necesaria. En la habitual ronda de declaraciones de las autoridades, Entrena no ahorró calificativos para la mesa recién constituida y calificó el miércoles como «día histórico», un adjetivo que viene muy a pelo porque si de la reunión de Moclín empiezan a salir soluciones para revertir el éxodo del campo a la ciudad, ese día deberá figurar con letras de oro en las crónicas que se escriban para fijar todos los acontecimientos presentes.
No acaba ahí la cosa. A principios de este mes, el secretario general del PSOE de Granada, a la sazón llamado José Entrena, acudió a Baza para participar en la inauguración de la línea de alta tensión que garantizará un suministro eléctrico de calidad y permitirá dar salida a nuevos proyectos empresariales. Ya pueden imaginarse el adjetivo empleado para calificar el día en que la corriente empezó a fluir por cables y torretas, a 400 kilovoltios del ala, que menudo calambrazo si no te andas con cuidado: histórico.
La exposición me ha quedado demasiado prolija, lo reconozco, pero persigo con ella argumentar una súplica que dirijo no solo al bueno de Pepe Entrena sino a todos los que se arriman a un micrófono, a un móvil o a una grabadora (si es que existen todavía). Si pedir rigor es pedir un imposible, sean un poco más variados en la elección de los adjetivos. ¿Qué vamos a decir cuando se inaugure el tren a Motril, las conducciones de Rules o el corredor mediterráneo? Habrá que inventar palabras nuevas o crear un idioma ad hoc para ese día. Presiento una columna histórica.
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