En la década de los años cuarenta del siglo pasado era ingeniero jefe de la Confederación Hidrográfica del Guadalquivir en Granada Enrique Gómez López, granadino, ... de Gabia, y como tal conocía bien el potencial de riqueza que significaban las aguas del río Guadalfeo para nuestra costa y, aunque excediendo a su demarcación hidrográfica, impulsó la creación de un organismo específico que se denominó 'Comisión para el encauzamiento del río Guadalfeo y riegos de Motril y Salobreña', que sería el gérmen de la Confederación Hidrográfica del Sur en Granada, compatibilizando la jefatura de ambos entes: Confederación y Comisión. Señalemos que a sus órdenes se encontraban, en la CHG, ingenieros tan destacados como Francisco Abellán, Manuel Prieto-Moreno, José María Sánchez del Corral y Antonio Moreno Torres, que tanto hicieron por Granada y provincia, y en la Comisión, Faustino Pérez-Cirera.
Enrique estudia, impulsa y desarrolla un plan que duplica el número de hectáreas en los términos de Motril y Salobreña ampliando en 3.000 las existentes, distinguiendo entre antiguos riegos, los tradicionales, alrededor de 2.900 hectáreas, fundamentalmente caña de azúcar, y nuevos regadíos orientados a frutal y huerta. Su límite es marcado por el conocido canal de la cota 100, que tiene su origen en el Azud de Vélez Benaudalla, discurre por la margen izquierda del río hasta el acueducto y partidor de Cañizares, en el que se reparten los caudales para las vegas de Motril y Salobreña de los nuevos y antiguos riegos. Las obras se desarrollan a partir de los años 50 y mediante un plan coordinado con el Instituto Nacional de Colonización se ponen en regadío, entre otros, los Llanos de Carchuna.
En paralelo se proyecta el encauzamiento del rio Guadalfeo hasta su desembocadura al mar, hasta entonces con defensas de gaviones y cañaveras.
Aquel plan fue defendido por unos y rechazado por otros siendo estos últimos de una beligerancia extrema, tal como señala un ayudante adscrito a la Comisión. «Desengáñese usted, a D. Enrique Gómez, cogiéndole de la solapa en plena acera del Casino en Granada, D. X abogado de Motril. En Motril se hará lo que yo diga». La respuesta de D. Enrique fue: Siga usted su camino que yo seguiré el mío» y otro opositor al plan, esta vez en una reunión de la Hermandad de Labradores en contra del canal, un asistente, X, preguntó: «¿Tanto vale la vida de ese ingeniero?»
La idea de estos era tan simple como «si la vega se amplía al doble, los productos valdrán la mitad». El principal defensor de la ejecución del plan fue Antonio Sánchez Arquero apodado 'el Pisao', dueño del modesto bar La Cuadra, famoso por su moraga de sardinas.
El plan se culminó en la década de los 60 y años después se ampliaron dos zonas, ya por la Confederación Hidrográfica del Sur, en Motril y Salobreña conocidas como cota 200 y cuyo principal valedor e impulsor fue Enrique Cobo, exalcalde de Motril.
Una obra auxiliar para el desarrollo de las obras fue el camino de servicio, que pasados los años lo hace suyo Carreteras del Estado, incorporándolo a la Nacional 323 eludiendo el paso por Vélez y la Gorgoracha.
Me ha parecido oportuno recordar estos antecedentes para hacer ver que las iniciativas para crear riqueza en nuestra costa nunca fueron fáciles y que gracias a la prudencia y perseverancia de un ingeniero de caminos excepcional como fue Enrique Gómez López, transformaron la agricultura tradicional garantizando la prosperidad con los nuevos regadíos.
Hace unos días los regantes de los ríos Verde, Seco y Jate de Almuñécar se han manifestado pidiendo que les llegue el agua de Rules porque sus cultivos se mueren, y les ampara toda la razón. Los recursos hídricos disponibles para riego de sus vegas y frutales proceden del aluvial del río Verde, de granulometría abierta, y, que al deprimir el nivel freático por la extracción de agua y no recargar el mismo con las escasas aguas de lluvia, la intrusión salina avanza a gran velocidad ocupando el vacío del agua dulce haciendo inservible su uso para riego.
Contemplar cómo se arruinan sus cultivos, impotentes y desesperados, habiendo a pocos kilómetros dos embalses que hoy, datos del SAIH de la Junta de Andalucía, acumulan 150 hm3 para atender las demandas de Motril y Salobreña, apenas 7.000 hectáreas y las 'escurriduras' a la vega de Castell de Ferro.
No se trata de una situación coyuntural; es estructural y que se viene repitiendo desde hace más de diez años. Y cabría preguntarse:
–¿Somos tan ricos que no necesitamos aumentar la riqueza de nuestros pueblos costeros y la provincia de Granada?
–¿Las cifras de paro son tan bajas que no necesitamos más mano de obra?
–¿Cómo es posible que después de una inversión estimada en más de 300 millones de euros, presas de Béznar y Rules, no eviten arrojar al mar por los 'balates' (desagües de sobrantes de riego), entre 20 y 30 hm3/año de media durante los últimos 15 años?
–¿Cómo se explica que desde 2005 hasta 2021, con 'gobiernos A', pidan de una forma testimonial los del 'B' que se hagan las conducciones de Rules y viceversa?
–¿Cómo es posible que siete diputados y cuatro senadores por Granada no se hayan unido para defender a su tierra, desligándose de las instrucciones de sus jefes políticos para no incomodarlos, en asunto tan vital para nuestra costa y provincia? De seguir así, me permitiría aconsejarles que leyesen el prólogo de 'La Horda', de Blasco Ibáñez. El también fue diputado en 1905.
Finalmente, reitero a la Consejería de Agricultura de la Junta que ante la desesperante tardanza de las conducciones, debía dar un paso al frente. Es cierto que éstas son de interés general y por tanto el competente es el Ministerio de Transición Ecológica, pero esta competencia aunque exclusiva no es excluyente. Medítenlo. La costa de Granada lo necesita sin más demoras.
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