La heroica
Ad Líbitum ·
El Gobierno de progreso se ha convertido en una retahíla de incompetentes contra quienes ya se ha admitido a trámite una querella por el delito de prevaricaciónjavier pereda pereda
Viernes, 27 de marzo 2020, 03:25
En este año que se conmemora el 250 aniversario del nacimiento de Ludwig van Beethoven, uno de los compositores más importantes de la historia de ... la música, nos evoca su Tercera sinfonía, conocida como 'La Heroica'. Esta pandemia nos invita a afrontar la situación que vivimos con coraje, esfuerzo y heroísmo, como se viene haciendo por la ciudadanía, superando con deportividad las dificultades. Hace casi un siglo, en 1918, sufrimos otra pandemia llamada 'gripe española', cuyo nivel de letalidad se calcula entre 50 y 100 millones de fallecidos en todo el mundo (el amplio margen se debe a la dificultad del recuento). La referencia autóctona obedece a que en nuestro país fue donde más se informó en los medios de comunicación, al no participar en la contienda de la Primera Guerra Mundial; pero realmente el contagio surgió en Kansas (EE UU) y se propagó a Europa en el puerto de Brest de la Bretaña francesa, con el desembarco de las fuerzas aliadas. Aunque no hay mal que cien años dure, en esta ocasión se viene a reeditar, esperemos que con menos índice de mortandad. Sin embargo, el virus de Wuhan sí que parece que superará la crisis económica de la 'gran depresión' de 1929, la del petróleo de 1972 o la de 2008. El nuevo orden mundial ha hecho oídos sordos en septiembre pasado a la alarma de Naciones Unidas y el Banco Mundial del posible riesgo de una crisis sanitaria. Más recientemente, el 24 de febrero, la OMS declaró oficialmente la posibilidad de una pandemia.
La irresponsabilidad del Gobierno social-comunista fue alentar la movilización feminista del 8-M, porque les iba «la vida en ello»; en el pecado llevan la penitencia. Esta negligencia ha favorecido la muerte de miles de españoles, superando incluso a China, que cuenta con una población treinta veces mayor. El argumento feminista se les va a volver en su contra, porque ahora resulta que el feminismo va a ser más letal que el machismo. La manipulación y medias verdades -merecemos un Gobierno que no nos mienta-, ha llevado a negar la existencia de la pandemia. El sábado pasado el presidente tiene la desfachatez de abusar de la televisión pública para no decir nada; sólo para justificarse durante 40 minutos al modo de 'Aló presidente'. Se amordaza la libertad de expresión, con resabios bolivarianos y peronistas, al filtrar las preguntas incómodas de los periodistas para ocultarles la verdad. Se defienden de forma burda, atacando a la Comunidad de Madrid, aduciendo el recorte en sanidad. Sigue colapsado el sistema sanitario ante la falta de medios como mascarillas, test y camas. Se anuncia un plan económico de 200.000 millones de euros, cuando la mayor parte se limita a avales. Y para colmo de la hipocresía, los ministros infectados acuden a la denostada sanidad privada. Si este desgobierno hubiera dedicado a la pandemia solo la décima parte del tiempo que ha empleado en desenterrar a Franco o en la ideología de género, otro gallo cantaría.
El Gobierno de progreso se ha convertido en una retahíla de incompetentes contra quienes ya se ha admitido a trámite una querella por el delito de prevaricación administrativa. La sociedad echa de menos a gestores solventes con experiencia contrastada, que resuelvan problemas reales que afecten a todos los españoles; no de advenedizos que falsean tesis doctorales, que hacen de su ministerio una proclama sectaria comunista o feminista, que sólo saben vivir de la política.
Pensemos por un momento cómo sería la gestión de esta crisis con personas como Amancio Ortega, Juan Roig, Ana Patricia Botín, Florentino Pérez, Pablo Isla, María Dolores Dancausa, José María Alvárez-Pallete, Valentín Fuster o Jesús Candel (Spíriman). El genial director alemán de orquesta escribió 'La Heroica' -un amanecer del romanticismo musical- porque veía reflejado en Napoleón los ideales de la Revolución francesa y los derechos del hombre. Cuando éste fue coronado emperador se desengañó: «Ahora solo va a obedecer a su ambición, elevarse más alto que los demás, convertirse en un tirano».
Es el mismo desencanto que están demostrando estos desnortados gobernantes, que todo lo que dicen se pone en cuarentena, porque han perdido la credibilidad. Para soportar esta situación sobrehumana se ha duplicado la audiencia de la Misa por televisión en La 2 y se ha triplicado en Trece. La única esperanza que cabe es confiar en la sociedad civil, una verdadera 'Oda a la Alegría', y en que Dios nos pille confesados y confesadas.
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