«Hacia un 'nosotros' cada vez más grande»
Debemos esforzarnos en derribar los muros que nos separan y construir puentes que favorezcan la cultura del encuentro, donde pueda florecer ese milagro de un 'nosotros' cada vez más grande, más rico y más diverso
manuel velázquez martín
Viernes, 24 de septiembre 2021, 01:22
Estamos viviendo tiempos difíciles de graves problemas sociales y económicos, como consecuencia de la crisis sanitaria producida por la covid-19. Una crisis que se ... suma a otras muchas que se han ido sucediendo y acumulándose a lo largo y ancho de los últimos años. Y los más afectados son siempre los mismos: aquellos que sufren una falta casi absoluta de recursos, de horizontes y de oportunidades… mientras las grandes fortunas no dejan de crecer y el planeta no para de soportar una devastación cada día más alarmante.
Por eso es necesario buscar un horizonte nuevo para nuestro caminar por este mundo, donde el bienestar y el futuro de cada persona no dependa de donde el azar le hizo nacer, ni de su situación administrativa o legal, ni de unas fronteras físicas o ideológicas que le hagan imposible la vida, le obliguen a huir o destruyan su dignidad.
Lo cual tiene una significación especial en este último domingo de septiembre, en que celebra la Iglesia la Jornada Mundial del Migrante y el Refugiado.
En esta jornada el papa Francisco hace un llamamiento a todos los hombres y mujeres del mundo para salir de un 'nosotros' pequeño y reducido por fronteras, prejuicios o intereses y recomponer la familia humana construyendo juntos un 'nosotros cada vez más grande que garantice para todos un futuro de justicia y de paz en el que nadie quede excluido.
El futuro de nuestras sociedades está llamado a ser un futuro 'lleno de color' enriquecido por la diversidad y las relaciones interculturales, donde aprendamos a vivir juntos en armonía y en paz.
Pero para alcanzar este ideal, debemos esforzarnos en derribar los muros que nos separan y construir puentes que favorezcan la cultura del encuentro, donde pueda florecer ese milagro de un 'nosotros' cada vez más grande, más rico y más diverso.
Nuestro mundo es la casa de todos; y el hecho de que el inmigrante proceda de un ambiente cultural distinto y tenga creencias y tradiciones diferentes a las nuestras, no debe ser nunca un obstáculo sino una posibilidad de crecimiento y de enriquecimiento mutuo.
Es cierto que con la propuesta que se nos hace, se nos está marcando un camino que, de entrada, sabemos que no es nada fácil.
Porque, sin duda, el fenómeno migratorio provoca conflictos y rupturas y es vivido con tensiones dolorosas tanto para los propios inmigrantes como para los que los recibimos.
Sin embargo nunca debemos ver en el inmigrante a un rival que nos provoque rechazo, sino a una persona a la que hemos de tender la mano para asociarla a nuestra convivencia diaria y hacerle sitio para poder construir juntos un futuro de esperanza. Lo cual solo se consigue a base de actitudes y gestos de respeto y de amistad sincera, realizados con sencillez en la vida cotidiana.
Se trata pues, de trabajar, entre todos, por sacar adelante una sociedad fraterna y plural, donde pongamos el acento en las grandes cosas que nos hacen semejantes, sin anular nunca las mutuas diferencias que nos enriquecen.
Este año queremos celebrar esta jornada desde uno de esos barrios de nuestra ciudad que están formados por muchos pedacitos de este mundo lleno de vida y de color y enriquecido por la diversidad de sus vecinos.
En concreto, desde la Delegación Diocesana de Migraciones os invitamos a participar en la eucaristía que se celebrará mañana sábado día 25 a las 18,30 en la parroquia de la Paz (Polígono de Cartuja) en la que quisiéramos poner de manifiesto ese 'nosotros' cada vez más grande que entre todos, vamos construyendo… ese rostro humano plural, rico y diverso al que hace referencia el Papa Francisco en el lema de esta jornada.
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