Ideas para la Capitalidad Cultural
Granada en Futuro
Lunes, 6 de enero 2025, 22:58
La candidatura de Granada para ser Capital Europea de la Cultura 2031 es una iniciativa plausible y valiosa que merece de todo el apoyo de ... la sociedad granadina. Sin embargo, es fundamental abordar este proyecto con una perspectiva realista, basada en un trabajo riguroso, meticuloso y respaldado por las principales entidades, partidos políticos y colectivos sociales. Granada ha acumulado demasiadas frustraciones a lo largo de su historia, como la reciente decepción de no haber sido elegida sede de la Agenda Estatal de Supervisión de la Inteligencia Artificial (AESIA). Por ello, es esencial evitar crear expectativas desmesuradas que carezcan de una base sólida y confiable.
Aunque abundan las imágenes de la alcaldesa firmando manifiestos con diversas entidades, lo deseable es la creación de un ente formal que agrupe a las principales instituciones públicas y privadas de Granada. Este ente debería contar con un presupuesto tangible y un equipo humano profesional, encabezado por un gestor de categoría, que garantice el éxito de la candidatura. Como ha dicho el presidente de la Junta de Andalucía, la dimensión cultural de Granada es incuestionable, pero no por ello deben pensar que no necesita la distinción de Capital Europea de la Cultura, pues está falta de los recursos para salvar su enorme patrimonio y se debe resaltar su enorme importancia histórica y haber sido el último reducto musulmán en Europa, conservando gran parte de su cultura y además ser el origen del Descubrimiento de América Los Reyes Católicos eligieron a Granada como lugar para ubicar el Panteón Real. A los ciudadanos de todo el mundo les interesa la conservación y potenciación de ese patrimonio cultural. Precisamente en estos años se están conmemorando diversas celebraciones por el quinto centenario de esos años gloriosos para toda la humanidad. Si analizamos las ciudades que han obtenido esta distinción en años recientes, ninguna posee un acervo cultural, patrimonial o paisajístico comparable al de Granada. Sin embargo, estas ciudades han logrado destacar por propuestas innovadoras que sitúan la cultura como eje de transformación social, territorial y económica. Granada debe seguir este ejemplo y construir una candidatura que no solo celebre su riqueza cultural, sino que también proyecte un futuro sostenible y dinámico.
En este sentido, no basta con participar en el proceso o conformarse con ser finalista. Granada debe aspirar a ganar y no contentarse con un resultado menor. De lo contrario, se corre el riesgo de sumar un nuevo fiasco a la lista. Aunque la coincidencia del V Centenario de la Universidad de Granada en 2031 puede ser un punto a favor, también existe el peligro de que la universidad asuma un protagonismo excesivo en el proyecto. Es fundamental equilibrar la participación de todos los sectores y enfocarse en aspectos clave como un relato convincente, la implicación ciudadana y el respaldo político.
Un ejemplo claro de cómo equilibrar estos factores lo encontramos en cómo resultó triunfadora San Sebastián como Capital Europea de la Cultura en 2016, aunque el proyecto de Córdoba podía ser técnicamente superior. San Sebastián logró imponerse primordialmente por una inteligente estrategia política bien definida aprovechando un proceso de paz ante años de sufrir terrorismo cruel. Granada debe aprender de estas experiencias y evitar centrarse exclusivamente en su patrimonio reconocido, como la Alhambra y el Albaicín. En su lugar, debe ser creativa y destacar otros aspectos que complementen y enriquezcan su oferta cultural.
También deberíamos apostar por que los ciudadanos conozcan su ciudad y amen su historia. No puede volver a pasar como en el Milenio, que la mayoría no sabía qué se conmemoraba. Estamos enamorados de Granada y deberíamos saber transmitir el porqué. En esta labor es vital que se inicié una acción en los centros educativos para que nuestro jóvenes se acerquen y abracen nuestra cultura, y la preserven.
Otra amenaza para la candidatura granadina es la escasa concepción con la que aún ha abordado algunos de los criterios clave de selección, como el ámbito de afectación de la propuesta, el contenido cultural y artístico definido y la capacidad de gestión necesaria para alcanzar los objetivos esperados. Aunque todavía hay tiempo para reaccionar, es urgente adoptar decisiones que permitan articular una propuesta integral y coherente. Esta propuesta debería incluir:
1. Una dimensión territorial amplia. Incorporar no sólo el legado geográfico e histórico de Granada y su provincia, sino el de toda Andalucía. Esto posicionaría a Granada estratégicamente frente a otras candidatas como Jerez de la Frontera.
2. Una temática central bien definida. Elegir un eje vertebrador, como la sostenibilidad, el conocimiento, la humanización de la tecnología, la socialización de la cultura o el legado del agua. Esta temática debería estar respaldada por una programación cultural de calidad y estable que fomente una industria creativa dinámica.
3. Mejoras en infraestructuras y equipamientos culturales. Construir nuevas instalaciones y optimizar las existentes para ampliar la oferta de eventos y espectáculos, posicionando a Granada como un destino de turismo cultural de excelencia.
También es crucial evitar que las iniciativas relacionadas con la candidatura queden en una sucesión de actos dispersos sin un hilo conductor claro. Un proyecto de esta magnitud requiere cohesión, y una idea-fuerza que responda a los desafíos europeos actuales desde las potencialidades de Granada. Por ejemplo, otras candidatas como Las Palmas de Gran Canarias han basado su propuesta en la problemática de la insularidad y la migración, mientras que Toledo ha destacado su herencia musulmana y hebrea como modelo de integración intercultural. Granada debe ser igualmente audaz y estratégica en la definición de su candidatura.
En definitiva, optar a ser Capital Europea de la Cultura 2031 no puede ser una simple aventura o un compromiso superficial. Requiere el liderazgo firme del Ayuntamiento de Granada y la implicación activa de todos los sectores. La alcaldesa debe asumir personalmente el mando de este proyecto y designar a un competente gestor cultural respetado y reconocido por la sociedad civil para dirigir la candidatura. Confiar en una consultora externa sin un compromiso real y sostenido sería un error garrafal.
Aunque la experiencia con la AESIA dejó un sabor amargo, también demostró que Granada tiene un potencial inmenso. Ahora es el momento de capitalizar ese potencial y construir una candidatura sólida, creíble y transformadora. Recordemos que la designación de la ciudad española para 2031 se realizará pocos meses antes de las elecciones municipales de 2027. Por tanto, este proyecto no sólo es una oportunidad cultural, sino también un compromiso político y social que exige lealtad a Granada y la determinación de todos los implicados para alcanzar el éxito.
*José Mª Aguilar, Ing. de Caminos, empresario; José Bigorra Arquitecto; Nicolás Castilla, Dr. Ing. Agrónomo; Luis Curiel, Empresario; Salvador Curiel, Economista, consultor; Pedro Ferrer, Ing. de Caminos, funcionario; Salvador Frutos, Economista; Miguel Giménez Yanguas, Ingeniero Industrial; Fernando Girón, Ing. de Caminos, empresario; Emilio Gómez Villalba, Ingeniero Industrial; Emilio Herrera, Arquitecto; Enrique de la Higuera, Abogado, Vpdte. Asoc. Empresarios Sierra Nevada; Carlos Infanzón, Ing. Industrial; Juan Miguel Mtnez. Cañavate, Empresario; Fernando Mir, abogado; Manuel Morales Fdez.; Fco. Martín Recuerda, Economista; Juan José Nievas Aranda, Ing. Industrial; Segismundo Nogueras, Ing. Agrónomo, empresario; Miguel Ángel Palanco, Licenciado en Derecho; Javier Piñar; Ignacio Pozo; Jaime Riera, Ing. de Caminos, funcionario; Ángel Rguez. Aguilera, Arqueólogo; Antonio Romero Vellido; Agustín Ruiz Robledo, Catedrático universidad; José Luis Santana, Abogado; Manuel Sola, Empresario; Miguel Valle, Arquitecto
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