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No nos dejemos robar la esperanza

Gonzalo Ruiz Ruiz

Militante de la HOAC de Granada

Miércoles, 26 de noviembre 2025, 23:09

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Un año más, en el mes de noviembre, la Iglesia celebramos la IX Jornada Mundial de los Pobres, este año con el tema, «Tú, Señor, ... eres mi esperanza (Sal 71, 5)». En el mensaje de estas Jornadas el papa León XIV indica que el «pobre puede convertirse en testigo de una esperanza fuerte y fiable, precisamente porque la profesa en una condición de vida precaria, marcada por privaciones, fragilidad y marginación. No confía en las seguridades del poder o del tener; al contrario, las sufre y con frecuencia es víctima de ellas. Su esperanza sólo puede reposar en otro lugar». Al reflexionar sobre el sentido e intencionalidad que encierra la celebración de esta Jornada viene muy bien tener presente las conclusiones que se extraen del IX Informe Foessa, que recientemente se ha dado a conocer. Del resumen de este informe se pueden extraer multitud de conclusiones, valga como muestra algunas de ellas: «La precariedad laboral se ha normalizado, afectando a casi la mitad de la población activa, mientras el modelo de desarrollo genera situaciones contradictorias: viviendas vacías, usadas como segundas residencias u orientadas al uso turístico mientras amplias capas sociales enfrentan graves problemas de acceso a la vivienda».

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