Golpe bajo a Granada

Hace décadas que una iniciativa no concitaba tanta ilusión, consenso y unanimidad en la provincia y todas sus instituciones. La unidad se plasmó últimamente a lo largo de varios actos y en la elaboración de una memoria de 274 folios que reunía todos las condiciones recogidas en la convocatoria publicada en el BOE, a la que se presentaron una decena de ciudades. Objetivamente, tanto en los méritos y activos positivos, como en aspectos negativos –el caso del desequilibrio poblacional y pobreza– la propuesta de Granada se situaba con los requisitos para albergar esta sede.

Siempre se dijo que la resolución sería técnica y que no se entraría en el juego de reparto territorial. La referencia del Consejo de Ministros resuelve la decisión en ocho párrafos, sin ningún detalle de los baremos ni los argumentos ponderados que llevan al Gobierno de España a decantarse por una candidatura en concreto. Llamativo es que haya primado como factor a favor de La Coruña potenciar el gallego como lengua cooficial para propiciar un «ecosistema de innovación e inteligencia artificial».

Es imprescindible que se hagan públicos, y cuanto antes, todos los documentos y los informes que han sustentado la toma de esta decisión y que se puedan contrastar y rebatir. Solo si hace este ejercicio de transparencia Granada podrá aceptar que se trata de una elección acertada en justa concurrencia y no de un agravio motivado por intereses políticos, cuando por desgracia tenemos demasiados antecedentes.