Gacelas
Puerta Purchena ·
«La gacela, animal que aparecía con frecuencia en los poemas que yo leía de adolescente, me inspira una ternura especial»Viernes, 22 de noviembre 2019, 22:44
Es una de esas noticias en las que no suele reparar la mayoría de los lectores. Así que es posible que a usted le haya ... pasado inadvertida. Pero a mí me ha reavivado recuerdos de mi juventud, época en la que pasé un tiempo corto en el Sáhara, donde tuve mi primera experiencia laboral. Como todo el mundo sabe, el desierto es un lugar poco propicio para el desarrollo de la vida, al menos de animales de la entidad de las gacelas (abundan los escorpiones y las víboras, entre otros). De ahí que me sorprendiera oír hablar de ellas cuando pasé unos tres meses escasos en aquella zona de Argelia. Sí pude ver algún ejemplar de los otros dos animales antes mencionados. Y es que la gacela, animal que aparecía con frecuencia en los poemas que yo leía de adolescente, me inspira una ternura especial. Por eso también quizás, más de una vez me he recreado contemplando de lejos el paraje donde crecen, protegidas, en la Hoya.
Y ahí están, un poco escondidos en una zona árida, pero exquisitamente cuidados, esos animales de tanto valor desde el punto de vista ecológico. Porque gacelas como las que se crían en Almería solo quedan unas dos mil en libertad. Y, en la Estación Experimental de Zonas Áridas (EEZA) de la capital, se ocupan de evitar que la especie se extinga. Porque, aunque la mayoría de los almerienses lo ignore, aquí tenemos un centro que es una referencia mundial en la conservación de la fauna sahariana. Las gacelas criadas aquí para su posterior suelta en el territorio que les es propio pertenecen a un tipo especial –conocido como gacelas de Cuvier-; de ahí la extraordinaria importancia de la labor que se está desarrollando en nuestra tierra.
En este caso, las gacelas almerienses van a convivir en un parque natural de Túnez con otros ejemplares de diferentes razas en lo que parece ser un espacio muy selecto de acogida de otras especies con las que comparten marco de convivencia geográfica. En total han sido treinta y tres los ejemplares que aprenderán a aclimatarse al paisaje y condiciones ambientales del país al que han sido destinados. Y, como en el campo de la investigación, nada se deja al albur de las circunstancias o a las peripecias de la vida, los ejemplares van a ser convenientemente seguidos en su desarrollo y expansión por el territorio. Para ello se les colocarán unos dispositivos electrónicos con los que hacer el oportuno seguimiento.
Lo que es una pena es que este trabajo, de tan especializada cualificación, se desarrolle tan cerca de nosotros sin que la mayoría de la población esté al corriente de ello. Yo no he oído a nadie referirse a este refugio, ni sé nada de que los estudiantes de Almería conozcan su existencia. Porque bien está que, para su protección y desarrollo adecuado, estas gacelas sean convenientemente aisladas en su reducto; pero la sociedad debería estar al tanto de su existencia. Aunque solo sea para presumir de contar con un centro como este. Tal vez también, para enriquecerse con su conocimiento.
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