El fútbol, en fuera de juego

Resulta inaudito que hasta apenas unas horas antes de su inicio haya estado en el alero cuándo arrancaba exactamente la nueva temporada de fútbol en ... España y con qué partido. La guerra abierta entre la Federación y la Liga llegó demasiado lejos hace tiempo y adquiere caracteres de sainete al trasladarse incluso a las fechas en las que deben disputarse los encuentros. Aunque Luis Rubiales ha ganado el último envite a Javier Tebas al impedir por ahora la juez de Competición que se celebren en viernes y lunes, dista de estar zanjada la batalla sin cuartel y sin sentido que libran dos organismos con suficientes intereses en común como para aunar esfuerzos en defensa del principal deporte de masas en nuestro país. Máxime en una coyuntura tan delicada como la actual, en la que la pandemia ha vaciado los estadios, alterado los calendarios y puesto en serios aprietos económicos a la mayoría de los clubes. El fútbol español ha perdido competitividad deportiva y como negocio en los últimos años. Gastar energías en un pulso de egos desatados, que no se ha visto en ninguna liga de relieve, es un lujo que no está en condiciones de permitirse si no desea quedar en flagrante fuera de juego.