18 de julio de 1936
«Poco a poco, me esforzaba por conocer por qué los españoles se enzarzaronen una guerra civil, entre hermanos, que duró tres terribles años»
Francisco Martín Recuerda
Jueves, 24 de julio 2025, 22:56
Nací en 1946, por tanto no viví la Guerra Civil, lo que supe era lo que me contaban y, en aquella época, en voz alta, ... solo hablaban los que ganaron la guerra; más adelante, en susurros, vi que había otra versión de los hechos, que para mi extrañeza, se contaba en voz baja.
Poco a poco, me esforzaba por conocer por qué los españoles se enzarzaron en una guerra civil, entre hermanos, que duró tres terribles años.
En 1963 fui a la Universidad Complutense de Madrid para estudiar en la Facultad de Ciencias Económicas y allí descubrí un mundo diferente al que vivía en Granada. Fue cuando pude conseguir, en 1967, de contrabando, el libro 'La Guerra Civil Española', del historiador inglés Hugh Thomas, que daba una versión distinta sobre la contienda. Yo antes había leído un libro que se llamaba 'Cruzada Española', que mi padre tenía, y que recogía una versión disparatada de la Guerra Civil Española, auspiciada por los ganadores.
Desde ese momento, empecé a leer la versión de la guerra por parte de autores ingleses y un ilustre francés, George Bernanos, que escribió 'Los Grandes Cementerios Bajo la Luna' referida a su experiencia en Palma de Mallorca, donde residía.
Pero, lo que de verdad cambió mi pensamiento sobre la Guerra Civil Española, fue la colección en fascículos 'La Guerra Civil Española', editada por la Editorial Urbión en 1979. Esta nueva versión fue, para mí, muy importante, ya que la publicación la dirigía un Consejo de Redacción integrado por tres historiadores de reconocido prestigio: Hugh Thomas, el General Ramón Salas Larrazábal y Ángel Viñas.
¡Ojalá!, si la Editorial Urbión sigue viva, se reeditara esta colección, que ahora más que nunca, se hace necesaria, pues, se están cayendo en los mismos errores que propiciaron la Guerra Civil Española.
El primer error, fruto de la demagogia política, es volver a dividir a España entre fascistas y republicanos según unos y patriotas y rojos según otros.
El segundo error es achacar, exclusivamente, a los militares el golpe de Estado. El golpe fue financiado por la alta burguesía española, el más conocido fue Juan March, capitalista mallorquín, que fue encarcelado por la República.
El tercero es demonizar o ensalzar a Franco como autor de la sublevación. Franco se encontró con unas circunstancias favorables para proclamarse el líder de la rebelión: la muerte en accidente aéreo del General Sanjurjo, líder de la Rebelión, la muerte del Gobernador Militar de Canarias, que le permitió hacerse dueño de las Canarias, para después, en el protectorado español de Marruecos, hacerse con el control de la tropas españolas más aguerridas: la legión y los Regulares.
La gran pregunta sigue siendo por qué de la Guerra Civil Española y si pudo evitarse.
Difícil, pero no imposible, pudo haber una salida pacífica, en Francia había un Gobierno del Frente Popular y no la hubo.
En España se daban unas circunstancias distintas, a saber:
1. La miseria de la clase obrera, especialmente, los peones agrícolas. Lo que hizo que, especialmente en Andalucía y Cataluña, se instalara los sindicatos anarquistas y una organización política la FAI, ligada al movimiento ácrata y partidaria de acciones terroristas.
2. El atractivo de la Revolución Rusa de 1917 y la acción de Lenin de exportar los Soviets a España, acción que transformó al PSOE y a UGT de la reivindicación pacífica al movimiento revolucionario y, en contra de la Democracia liberal, encarnada por el Gobierno de la República.
Si bien, hubo líderes como Indalecio Prieto que seguía apostando por la social democracia.
El levantamiento obrero en 1934 fue letal, en donde triunfo, Asturias, la descripción que hicieron el escritor Manuel Chaves Nogales y otros periodistas sobre la toma de Asturias y, sobre todo de Oviedo, dejó muy asustada a la clase media y a la burguesía. Curiosamente, y aprovechándose de las circunstancias, 'les suena', los independentistas catalanes declararon el Estado catalán, les suena.
3. En tercer lugar, la vehemencia de Azaña, presidente de la República española y su falta de tacto con los militares, lo que propició el golpe.
4. Y en cuarto lugar, y como colofón, la división del Parlamento español. Es muy interesante leer lo que ocurrió en la sesión de la Cortes del 16 de junio de 1936.
Gil Robles, líder de la CEDA, partido de centro derecha, vamos el PP de hoy: «España, hoy, por desgracia, vive en la anarquía… estamos presenciando los funerales de la democracia».
Dolores Ibárruri, 'La pasionaria', líder del Partido Comunista, trató con desprecio a la derecha española, tildándola de fascistas.
Como pueden ver, lectores de IDEAL, nada nuevo bajo el sol.
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