El acuerdo catalán y Alcibíades: el arte de seducir

En su Artículo 2 define a la nación española como única patria común de todos los españoles.

Artículo 31:

1. Todos contribuirán al sostenimiento de los gastos públicos de acuerdo con su capacidad económica mediante un sistema tributario justo inspirado en los principios de igualdad y progresividad que, en ningún caso, tendrá alcance confiscatorio.

2. El gasto público realizará una asignación equitativa de los recursos públicos, y su programación y ejecución responderán a los criterios de eficiencia y economía.

El pacto en cuestión era contrario a la opinión expresada, con anterioridad al mismo, tanto por el presidente del Gobierno, como por su vicepresidenta.

Sin embargo, ante la imposición de Izquierda Republicana de Cataluña, como requisito para elegir a Salvador Illa como presidente de la Generalidad, el panorama cambió y lo que antes era anticonstitucional pasó a ser perfectamente legítimo.

La ruptura de la caja única de la Hacienda Española, facultando a la Agencia Tributaria de Cataluña para recaudar y administrar el 100% de los impuestos que gravan a los catalanes, ya si era constitucional para el Gobierno de España. La ruptura de la solidaridad entre comunidades autónomas, vital para la igualdad entre todos los españoles, ya sí se podía hacer, pese a su evidente anticonstitucionalidad.

Todo vale para que Salvador Illa sea presidente de la Generalidad y para que Pedro Sánchez siga al frente del Gobierno de España.

Después de un significativo silencio, los corifeos del Partido Socialista Obrero Español salieron en tromba para defender el 'acuerdo pacto'; es de suponer con un mensaje diseñado por el gabinete de Prensa y Propaganda del partido, inspirado por su secretario general.

El acuerdo marco, que dudo se haya leído la mayoría de los militantes del Partido Socialista Obrero Español, entre otras cosas, porque fue publicado en catalán, contiene disposiciones que hacen imposible lo que nos están vendiendo: el acuerdo no perjudica a las comunidades autónomas, porque todas van a recibir de según sus necesidades.

Esta gran mentira se transforma en un placebo para adormecer la conciencia de los militantes socialistas, pues, siguiendo las directrices del maestro Joseph Goebbels, ministro de propaganda de Hitler, una gran mentira se transforma en una gran verdad si se repite muchas veces.

Sobre la base del Presupuesto español, si ustedes restan el 30% de lo que navarros, vascos y catalanes se adjudican es imposible que estemos igual o mejor.

Pero hay mas, en el pacto/acuerdo catalán se contempla tres apartados de Gastos. Los gastos propios de Cataluña que se incrementan notablemente:

1.- Para 'normalizar' la lengua catalana, creando un departamento 'ad hoc'.

2.- La proyección europea internacional de Cataluña, creando un departamento de acción exterior y Unión Europea, la creación de un cuerpo de acción exterior, la red de delegaciones (embajadas) en América Latina, Asia y África, presencia en organismos internacionales y objetivo del 0,7% para la paz y Cooperación Internacional

3.- Selecciones deportivas catalanas.

4.- Transporte público, con la cesión de los trenes de cercanías y un largo etc.

5.- La reindustrialización de Cataluña, hasta alcanzar el 25% del PIB.

6.- Programa de creación y rehabilitación de viviendas.

7.- Inversión en Vivienda, Educación y Salud con nuevos Hospitales.

Y un largo etc.

El pacto prevé un rosario de leyes que tiene un común denominador, incrementar el gasto.

Es decir, si Cataluña se queda con el 100% de lo que recaude e incrementa el gasto, paga lo que el Estado gasta en ella, queda para la solidaridad entre comunidades autónomas muy poco y encima esa miseria viene limitada por el principio de ordinalidad.

Y nos quieren convencer de que el Estado va a tener medios para incrementar las ayudas a la comunidades autónomas y los militantes socialistas se lo cree». Y asoma la patita la subida de impuestos, doy por un lado y quito por otro.

Y ahora viene la historia del bello Alcibíades, general ateniense, que traicionó a Atenas en su guerra contra Esparta pasándose al enemigo, después traicionó a Esparta con Persia y sirvió a los persas contra los griegos y a pesar de todo, Atenas lo volvió a reclamar como General de su ejército y es que ¡era tan guapo!

A Sócrates, filósofo de reconocido prestigio pero feo, al primer fallo, Atenas lo condenó a tomar la cicuta.

Viendo cómo se rompían las manos aplaudiendo a su secretario general en la directiva federal, y en primera fila el secretario del partido socialista andaluz, para vergüenza de todos los andaluces, no pude evitar la reflexión: ¿tenemos un Alcibíades en el Gobierno de España?