España hace el ridículo

El objetivo de Sánchez era investir al dócil y moldeado Salvador Illa –que ya había demostrado su incompetencia, junto al Dr. Simón y el inexistente grupo de expertos durante la pandemia– como presidente de la Generalidad y desacreditar a Puigdemont.

El pacto contemplaba la cesión de la inconstitucional «financiación singular» a Cataluña, la condonación de la deuda y, presuntamente, permitir la entrada en España de Puigdemont, largamente anunciada por el mismo, para asistir a la investidura y su posterior fuga.

Se ha dicho a los cuatro vientos que las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado españoles conforman el cuerpo policial de los mejores del mundo, lo que sin duda es cierto. Entonces:

¿Cómo entender que no se siguiera por los servicios de inteligencia (CNI) los movimientos de Puigdemont hasta su llegada a España, largamente anunciada por el propio Puigdemont?

¿Cómo entender que los Mozos de Escuadra no le detuvieran, sin causar un daño mayor público o al propio detenido, cuando tuvieron claras y repetidas oportunidades para hacerlo, incumpliendo así la orden del juez Llarena?

¿Cómo entender que no existiera un retén en el punto por donde huyó Puigdemont, una calle cercana al lugar donde pronunció el breve discurso y por una dirección prohibida?

¿Cómo entender la operación jaula, incompleta y sin los recursos necesarios (drones) para hacer el seguimiento del vehículo en el que de nuevo huía el prófugo?

¿Cómo entender el absoluto silencio de Pedro Sánchez y del Gobierno ante este desaguisado?

Para ello, según la información publicada, los responsables políticos gubernamentales inactivaron: la ministra de Defensa al CNI, sacándolo de la directiva de inteligencia para el seguimiento a Puigdemont y el ministro de Interior (responsable del control de fronteras), a la Guardia Civil y la Policía Nacional. De ese modo, la detención de Puigdemont quedaba, exclusivamente, en manos de los Mozos de Escuadra que estaban a las órdenes del Gobierno catalán (ERC).

Ahora, como hay que buscar un chivo expiatorio, el propio Gobierno de España responsabiliza a los Mozos de Escuadra del fiasco.

Con este barullo, Sánchez, el máximo responsable de este esperpento, se quita de en medio y se va de vacaciones. El resto del Gobierno igualmente desaparece.

Toda esta serie de desafortunadas actuaciones solo se pueden justificar si responden a un plan perfectamente planificado entre el Gobierno central y el catalán, cuyas consecuencias han sido:

Que se deje de hablar de la 'corrupción' que presuntamente se cierne ya incluso en el entorno familiar de Pedro Sánchez.

Que no se hable de la inconstitucional ley de 'amnistía'.

Que pase lo más desapercibido posible el pacto de Sánchez con ERC, claramente anticonstitucional, por el que se concede a Cataluña una 'financiación singular' que va contra la cohesión solidaria entre territorios, privilegiando a Cataluña a costa del resto de españoles, lo que atenta contra el principio de igualdad ya que los españoles tendrán unas oportunidades y servicios desiguales según el lugar de España donde vivan.

Se condona, además, la importante deuda pública de Cataluña, con lo que se está premiando el despilfarro y mala gestión de los gobiernos separatistas catalanes.

Que el esperpento ha sido de tal magnitud que ha trascendido a todo el mundo con el daño reputacional no solo para las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado, sino para España que ha hecho el ridículo como Estado Democrático Social de Derecho.

Esperemos que se depuren las responsabilidades políticas y penales, si las hubiere.

* Francisco Cano Bueso es exdelegado de la Consejería de Salud en las Provincias de Málaga, Córdoba y Granada en la etapa del PSOE