El fiscal general no vale la democracia
«Una democracia no puede aguantar mucho tiempo un clima irrespirable de polarización, porque incluso puede aguantar mucho más gobiernos incompetentes o corruptos»
Marcial Vázquez
Politólogo
Jueves, 27 de noviembre 2025, 23:05
Se juntaron estos días los dos marianos -Rajoy y Raxoi- para demostrarnos lo encantados que están de haberse conocido y que los males de la ... actual derecha- la de las botas y la del centrismo soplagaitas- vienen precisamente del legado del que había escrito ese libro sobre «el arte de gobernar». No descarto que mi inquietud intelectual me lleve a comprarlo- otra cosa es leerlo- para comprobar qué nos puede enseñar del buen gobierno quien abandonó su escaño durante la moción de censura para que lo ocupase en su lugar el bolso de Soraya Sáenz de Santamaría.
Como no podía ser de otro modo, Raxoi nos volvió a ilustrar con la misma frase de estos últimos tres años, explicándonos nuevamente que ningún gobierno decente podría aguantar el escándalo semanal que toque y pidiendo elecciones anticipadas. Porque el centrismo soplagaitas no tiene otro mensaje ni otro plan que no sea confiar en que los jueces le hagan el trabajo o que Ábalos o Koldo tiren de la manta, aunque a estas alturas algunos todavía siguen esperando que lo haga Barrionuevo o Vera.
Es la condena de vivir instalados de manera perpetua en una política del apocalipsis, donde todo escándalo, toda presunta corrupción o cualquier mentira del Gobierno es algo que no soporta la democracia, en ningún país de Europa se consentiría y que es algo propio de las dictaduras. Así, insisto, llevamos varios años, con el resultado de que sigue resistiendo el mismo gobierno y la derecha de las botas sube imparable en las encuestas.
Aunque yo no suelo leer lo que escribo, hace unas semanas abrí un artículo pasado donde pedía un 'pacificador' como figura política necesaria. Al principio, me asaltó una sensación de que había escrito una gilipollez, pero seguí leyendo para entender el por qué y vuelvo a ratificarme: la salvación de nuestro país, de nuestro sistema político, no necesita ni de exaltados nostálgicos del franquismo, ni de tibios cobardes incapaces de mandar a su casa al día siguiente a un impresentable como Mazón. Una democracia no puede aguantar mucho tiempo un clima irrespirable de polarización, porque incluso puede aguantar mucho más gobiernos incompetentes o corruptos. Pero en este país no se vislumbra ni partido ni político capaz de aportar esa alternativa que es nuestra única posible salvación.
El Pepé Today, que podría haber optado por una política de Estado, ha decidido meterse en el fango hasta la garganta, con la penalización de que no es su especialidad siquiera, por lo que además de la ignominia, hacen el ridículo. Ahí tenemos a Tellado, que va de típico macarra político, pero sin tener ningún tipo ni de talento, ni de gracia. O, en el otro extremo, a Cayetana, una mente brillante que es demasiado buena y pulcra para la política real. O sea, que es inservible también.
¿Qué queda después de Raxoi? Creo que ahora mismo ya no queda nadie, porque Ayuso se ha convertido en una caricatura de sí misma, hasta el extremo de llevar al Estado de derecho al límite con tal de defender a su novio y practicar la máxima de tierra quemada de su famoso jefe de gabinete. La presidenta madrileña ha intentado tanto anular a Vox con sus palabras y su estilo desafiante que ha acabado con sus mismos mensajes y su mismo estilo de confrontación sin tregua.
Advirtió Mariano I, en la presentación de su libro, que ahora necesitamos 'moderantismo' frente a los extremos. Otra cosa es si nos explica qué significa esto, según él. Yo diría que no es muy 'moderantista' hacer un debate de Estado, a estas alturas, sobre si Pedro se reunió con Otegi en 2018; o presentar la cabeza del Fiscal General del Estado como un trofeo político contra el Ejecutivo. Moderantismo (sic) no es sacudir los pilares del sistema creyendo que así confrontas al Gobierno.
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