No sé si aplica lo de «bien está lo que bien acaba» en este caso, pero me alegro de que, por fin, Fernando Egea haya ... sido nombrado delegado de Cultura de la Junta de Andalucía. Y también de Turismo y Deporte, de acuerdo con la nueva estructura implementada desde Sevilla. Es cuestionable meter en el mismo saco las tres disciplinas, pero tiene más lógica que antes, cuando la cosa artística, literaria y musical colgaba de Fomento.
Escribo que «bien está lo que bien acaba» porque a Fernando llevamos esperándole desde enero de 2021, cuando su nombre saltó a la palestra para ocupar la delegación de Cultura, que iba a desgajarse de Fomento. Algo que terminó por no ocurrir. Y hasta ahora.
En la segunda parte de su mandato, he visto a Antonio Granados más cómodo en Cultura. Se desenvolvía con más confianza y conocimiento de causa, pero lo suyo era Fomento. Ahí sí estaba en su salsa y fruto de ese buen trabajo en la delegación estrella de la Junta ha sido su 'ascenso' a delegado de Gobierno.
Lo escribí en su momento, hace ya cerca de dos años. Fernando Egea me parece un tipo sensato, conciliador, tranquilo y, lo más importante, con la cabeza muy bien amueblada. Un profesional con una sólida carrera a sus espaldas que, por tanto, no necesita de nombramiento político alguno para (sobre)vivir.
Llega en un momento delicado a Cultura y Turismo en Granada. Los deberes presupuestarios del 2022 se los va a encontrar hechos. Su reto está en las cuentas del 2023, año de elecciones municipales.
La Junta no ha sido generosa con Granada en materia cultural bajo el gobierno del PP. Ha desaparecido de un montón de citas bien consolidadas, ha dejado caer festivales y certámenes muy interesantes y no ha sido capaz de imprimir un sello reconocible a su política cultural, más allá de implicarse con la OCG. Ahí está el desafío de Fernando Egea.
La Granada cultural aguanta el tipo gracias a la iniciativa privada, al esfuerzo abnegado de gente comprometida con la causa y al voluntarismo más precario. El PP consiguió una mayoría absoluta que le permite ejecutar sus políticas con libertad de movimientos. A ver en qué se traduce en materias tan sensibles como el turismo, la cultura y el deporte en Granada. Mayo del 2023 está a la vuelta de la esquina y la cuenta atrás ha comenzado.
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