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Cine, F16 y Barbie

El cine más profundo y por supuesto la literatura más auténtica estadounidense de los años cincuenta y sesenta del pasado siglo nos pueden hacer reflexionar acerca de la mirada que, de seguir en pie nuestra civilización, pondrán sobre nosotros las generaciones que vengan después, si no frenamos ya el desastre

Fernando de Villena

Sábado, 26 de agosto 2023, 23:16

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Muy a menudo, al ver las películas norteamericanas de los años cincuenta y principios de los sesenta, he reparado en el hecho de que en ... muchas de ellas, las de mayor hondura y dramatismo, cobraba especial relieve la figura del padre. Claro que esto tenía su origen en las obras teatrales o en las novelas que inspiraban los guiones. No soy un crítico cinematográfico y no me detendré a examinar caso por caso, pero puedo citar aquí ahora, de memoria, media docena de títulos que ejemplifican lo que voy refiriendo: 'Horizontes de grandeza', 'Al este del Edén', 'De repente, el último verano', 'Esplendor en la hierba', 'Rebelde sin causa', 'Deseo bajo los olmos'… En todas estas películas se nos presentan de manera muy ácida uno o dos modelos de padres muy diferentes: el más usual es el del padre autoritario, exigente hasta el paroxismo con sus hijos y con quienes se encuentran a su servicio, un déspota ambicioso que sólo desea perpetuar su estirpe y engrandecer sus ya inmensas propiedades. Frente a ese modelo de padres, aparecen hijos débiles y desdichados a causa de la incomprensión y de la imposibilidad de satisfacer las pretensiones paternas. El otro modelo, por el contrario, se halla representado por ciertos padres insignificantes, a veces dominados por sus esposas e incapaces siempre de aquietar el desasosiego espiritual de sus hijos.

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