Explotaciones ganaderas de carácter intensivo

Este tipo de industria constituye hoy un importante debate socioambiental. Hay estudios que demuestran el efecto negativo que la instalación de estas industrias tiene sobre la población del territorio (favoreciendo la despoblación), el turismo rural y el entorno ambiental, siendo esto de enorme importancia en zonas de especial singularidad.

Con carácter general los principales efectos ambientales son:

Olores. Es uno de los problemas más frecuentemente referenciados, originando un impacto negativo sobre la calidad de vida de la ciudadanía y las expectativas turísticas, especialmente del turismo rural de una determinada zona, haciendo con frecuencia incompatibles ambas actividades.

Estiércol y purines. Su producción y acumulación en grandes cantidades pueden originar serios problemas, que en ocasiones tienden a ser evidenciados tras largos periodos de tiempo. Entre estos destacan la contaminación y acidificación de suelos por exceso de compuestos nitrogenados, que al no poder ser asimilados por las plantas son lixiviados a perfiles inferiores del suelo hasta poder alcanzar a los acuíferos. El enriquecimiento de nitrato en aguas superficiales y subterráneas puede llegar en ocasiones a concentraciones con efectos tóxicos. No podemos olvidar, además, la contaminación atmosférica mediante la producción de gases con claro efecto invernadero.

Hay que indicar que el problema de los purines es por el exceso de residuo y por su utilización sin garantías de control ambiental. Nunca se debe utilizar directamente como fertilizante, ya que pueden también determinar otros procesos de contaminación de los suelos distintos al nitrógeno, como el incremento de la concentración salina; el enriquecimiento en metales pesados, como el cobre y el zinc, los cuales poseen una elevada actividad sobre la toxicidad de las plantas agrícolas comestibles; el aporte de ciertos compuestos, como plaguicidas, y de contaminantes emergentes tales como antibióticos.

Sustancias antimicrobianas. También y de forma novedosa, es interesante mencionar la presencia de sustancias antibióticas en los purines, con especial relevancia en los de cerdo. La frecuente administración de estas sustancias a los animales y el hecho de su eliminación (fundamentalmente por orina y heces) en cantidades relevantes en relación a la dosis administrada (aproximadamente el 60%) hace que pongamos de manifiesto esta problemática, ya que supone un efecto sobre el medio ambiente a largo plazo de magnitud desconocida y preocupante. En este sentido, la comunidad científica se encuentra especialmente preocupada por la incidencia que este tipo de procesos puede tener no solo para el medio ambiente sino específicamente para la salud humana.

El aporte de antibióticos al suelo es continuo y en bajas concentraciones lo que crea el nicho favorable para la selección de microorganismos resistentes. La enorme cantidad de antibióticos que se suministra a los cerdos, determina que la microbiota intestinal de estos animales adquiera resistencia a los antibióticos, además de incrementar la cantidad de genes de resistencia. Los residuos de los antibióticos son transferidos al ambiente cuando el excremento es incorporado sobre suelos agrícolas, habiendo sido identificados estos compuestos en el suelo y en la superficie del agua en lugares próximos a granjas porcinas de cría intensiva.

Efectos sobre la biodiversidad. Está claro que esto va a depender de la zona donde se quiera construir este tipo de infraestructura y por eso nos vamos a referir a la última que hemos tenido noticia, que se quiere ubicar en una cantera situada en el paraje denominado Alto de la Muela; a unos 3 Km. del núcleo de Bailén y 4,5 de Baños de la Encina. Se trata de un lugar con una gran biodiversidad y un alto valor ecológico, recientemente incluido en la Zona de Importancia para los Mamíferos (ZIM) nº 131, debido a la presencia del lince ibérico y varias especies de murciélagos en riesgo de extinción. Además del lince ibérico (que vive de forma continua en este territorio y asegura la conectividad entre las poblaciones de Sierra Morena con las establecidas recientemente en el Valle del Guadalquivir), se localizan aves como el alzacola rojizo o el águila imperial ibérica (ambas en peligro de extinción); anfibios y reptiles como el sapillo moteado o el galápago leproso; insectos asociados a arroyos temporales (existen varios dentro del perímetro de la construcción), que podrían ser los primeros que se verían afectados en caso de contaminación, como algunas libélulas o varios escarabajos todos catalogados también en riesgo de extinción.

El debate sobre las explotaciones ganaderas de carácter intensivo es tan interesante y de tanta actualidad, bajo la perspectiva del desarrollo sostenible, despoblamiento, contaminación de acuíferos, cambio climático o salud ambiental, etc., que, en la reciente reunión del pleno ordinario de gobierno de la Academia de Ciencias Matemáticas, Físico-Químicas y Naturales de Granada, se propuso hacer unas jornadas sobre este tema para recopilar y poner al día los conocimientos de los diferentes especialistas en estas disciplinas, cumpliendo así uno de los objetivos fundamentales de la academia: «Atender las consultas que instituciones públicas o privadas le dirijan acerca de cualquier asunto de carácter científico y de su competencia».