Europa no compra humo

Que esas lecciones las necesita Sánchez lo ve hasta Miguel Durán, el hombre que impulsó la Once, pero nuestro presidente se cree autosuficiente con su doctorado, de copia y pega, en Economía. Estos días anda maniobrando por Europa a ver si le aprueban la PEvAU, el COU o la ITV, o como se llame el dichoso plan de la UE para sacarnos del marasmo de la Covid-19. Por lo que se ve, no lleva bien estudiado el temario y su examen oral no cuela. Las largas y hueras homilías, con el apoyo gestual de manos un tanto jesuítico a que nos tiene acostumbrados, no hacen mella en la Europa luterana y liberal. En Bruselas no se puede vender humo enlatado. Como siga por ese camino, le van a dar un tortazo en nuestra cara, o un arañazo en nuestras pensiones, que nos va a dejar mirando a palomo. Tal como se quedaron los griegos con Varoufakis, el calvo de la moto. Tendrá que preparar a fondo el plan de recuperación o rescate para septiembre, un mes un tanto chungo. Eso de que «cuando llegue septiembre todo será maravilloso» se queda para el recuerdo de guateques con pick-up y la voz de Gelu, nuestra cantante pop nacida en la calle Fábrica Vieja y casada en la Basílica de las Angustias. Eran otros discos y otros tiempos.

Mientras a Sánchez le daban largas en la Europa verde, nuestro alcalde se fue a Madrid para contarle al regidor Almeida que Granada es magnífica. Me resisto a creer que en tiempo del 'feibu' y el 'guasapeo', y con las calores de julio, haya que irse hasta allí para contar que tenemos suculentas tapas, la octava maravilla del mundo y los mejores espetos de la costa mediterránea. Como no he estudiado economía, es probable que se me escapen los vectores de coordenadas, los impulsos energéticos, los ejes troncales y las sucesivas fases necesarias para relanzar el turismo interior. Pero me malicio que fue más bien un 'viaje con encanto', porque un garbeo por Madrid siempre apetece.