Muchas veces a uno le llegan noticias que lo dejan cuando menos perplejo. Hechos del principal partido de la oposición que no cuadran ni casan ... con el sentido de estado que debe tener y mucho menos cuando su presidente lleva algún tiempo instalado en plena campaña electoral, tal vez desde que asumió la más alta responsabilidad de este partido. Se dedica a ponerse en contra de cualquier cosa que diga o proponga el Gobierno de España, criticando por criticar, sin ofrecer soluciones o alternativa alguna que nos permita valorar cual propuesta puede ser más razonable para la ciudadanía, si la del Gobierno o la que aplicaría el partido de la oposición.
El señor Pablo Casado ha degradado tanto la política que ha llegado a plantarse en Bruselas para chismorrear allí cómo se está haciendo el reparto de los fondos europeos en nuestro país, tratando de trasladarles la idea de que se hace con compadreo, favoritismo y amiguismo, de tal manera que el Ejecutivo comunitario, tras investigarlo, no le ha hecho caso alguno a ninguna de las invenciones con las que ha llegado el presidente del Partido Popular y sus acólitos a la capital comunitaria.
Vería muy lógico que el líder de la oposición exigiera que esos fondos se repartan con total trasparencia y rigurosidad, lo mismo que vería bastante lógico que en su acción de oposición el Partido Popular propusiera en el Congreso de los Diputados un reparto alternativo al que está proponiendo o haciendo el Gobierno en cada momento, puesto que eso sí es labor de oposición. Labor que sería, como ya he dicho, la que al final los ciudadanos y ciudadanas podríamos valorar, para saber que sería mejor, si lo que hace el Gobierno o lo que propone la oposición.
Pero el negar por negar solo sirve para obtener titulares en los periódicos, sobre todo en la prensa amiga, que al final resulta tan efímero como el propio titular, no quedando un referente bien marcado que nos permita de alguna manera realizar esa comparación a la que creo que cualquier persona tiene derecho para recapacitar, analizar y sacar sus propias conclusiones. De lo contrario lo único que podremos analizar y ver es la política que está realizando el Gobierno, ya sea acertada o errada, porque no existe ni se le espera propuesta alternativa.
Resulta inverosímil que con la situación que tenemos, con la que nos está cayendo desde que empezó la pandemia, tengamos al líder de la oposición dedicado a vocear por el mundo entero chismorreos que lo único que puede conseguir es la desacreditación de nuestro país, principalmente ante los lideres internacionales de su línea política. El líder de la oposición debería de arrimar el hombro y ponerse a trabajar con el Gobierno en hacer verdaderas políticas de Estado que nos permitan volver a niveles de crecimiento en España que refloten totalmente la economía y con ella empiece a generarse riqueza y empleo, que es lo más castigado que tenemos en estos dos años de pandemia. Lo demás serán cantos de sirena y poner lastres al crecimiento económico de España.
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