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La España alegre de Abascal

Puerta Purchena ·

Ángel Iturbide

Domingo, 29 de mayo 2022, 00:05

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No sé si cuando hace un par de semanas vino Santiago Abascal a Almería alguien le dijo que estaba en una de las provincias más ... solidarias y acogedoras del país. Seguro que alguno le contó el chascarrillo ese de que en Almería el sol pasa el invierno, pero se le olvidó decirle que en esta provincia es imposible sentirse un extraño. No, seguramente nadie se lo dijo. Sí le habrían contado que aquí hay muchos inmigrantes que vienen en patera y que entran en España/Europa y a partir de ahí habría pensado el buen hombre este que los que vienen lo hacen a delinquir, a robar, a violar, a cometer actos vandálicos que nos rompen la tranquilidad y el sosiego del día a día que se vive en este rincón. Lo que seguramente no le contaron es que frente a la costa de esta provincia en la que todo el mundo es bien recibido, también él y su propuesta a la presidencia de la Junta de Andalucía, Macarena Olona, granadina de residencia o cunera como decimos aquí, descansan decenas de cadáveres de personas que intentaron llegar a la península con sueños de triunfo y de vivir una vida mejor o, cuando menos, una vida digna. Y que sus sueños se hundieron junto a la patera en el Mediterráneo. Sus sueños y su futuro. Y yo le diría a Santiago Abascal que la gran mayoría de esos que allí se ahogaron no venían a delinquir, ni a robar, ni a violar; venían a trabajar y a forjarse un futuro como el que me forjé yo cuando me vine de Navarra buscando trabajo con la diferencia de que yo no era negro o musulmán, sino blanco y español.

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