Supongo que usted ya se habrá enterado: el poblado del western de Tabernas está en venta. Así lo publicaba el otro día en IDEAL Nerea ... Escámez: Western Leone busca dueño. Es normal que, en estos tiempos como en cualquiera otros –el comercio es de las actividades humanas de toda la vida– salga a la venta. De hecho, un paseo por nuestras calles nos permitirá ver muy repetido el mensaje 'Se Vende'. Otra cosa es que lo que se debería poner en la mayoría de los casos es 'Se quiere vender'. Dicho esto, no tiene que sorprender que el vistoso escenario que ha servido para el rodaje de tantas películas y de algunos anuncios cuelgue también el susodicho cartel. Se trata, como si dijéramos, de un patrimonio que dejó Sergio Leone en 1968 como testigo de su presencia en nuestra tierra. Recuerdo bien cómo, en una ocasión, le preguntaron en televisión a Leone por qué eligió a España para el rodaje de sus películas. Él contestó más o menos así: «Porque en España está Almería». Lo tenía claro el hombre; lo que no esperaba el periodista que iba buscando una respuesta acorde a la consigna de destacar las lindezas patrias.
Pero los almerienses, que somos muy aficionados a presumir de nuestras singularidades (supongo que como todo el mundo), lamentamos que un escenario así esté pasando por malos momentos. Y la instalación a que me refiero constituye una indudable singularidad. Pero, si fuera un negocio floreciente, no estaría en trance de cambiar de manos. Quizás usted recuerde aquello de que 'el buen paño, en el arca se vende', lo que no parece que sea el caso (para la gente joven, habría que 'traducir' paño por 'lino' y arca por 'trastero', quizá). Y, si analizamos el contexto histórico –me temo que esta crisis va a formar parte de la Historia–, no nos puede sorprender mucho que así sea. La etapa de escasa producción cinematográfica no propicia el mantenimiento de unas instalaciones que han de ser, de por sí, costosas. A lo que no contribuye la drástica disminución del turismo, que ha venido ayudando a mantener cierta actividad en las instalaciones.
Puede que, al final, se le encuentre un comprador a esta ciudad ficticia que ha tenido tantos momentos de esplendor y que ha quedado para siempre conservada en montones de películas del oeste. Sus falsos establecimientos, como la oficina del sherif, el 'salloon' o la tienda de ropa de la época no merecerían desaparecer. Y con ellos todo ese conjunto de calles inexistentes y fachadas de casas apuntaladas por detrás.
Yo no soy quién para meterme en estos berenjenales, pero a mí me parece que no debería permitirse que unas instalaciones tan singulares desaparecieran de nuestro entorno. Y, tal vez, aquellos que dicen estar tan preocupados por mantener nuestro patrimonio deberían ocuparse. Por lo que significa de testimonio de otra época y por la posible viabilidad de un negocio que puede volver a resurgir. Pienso en algo público, quizás también con patrocinio de empresas particulares.
Mientras tanto, en Terque se ofrecen para recibir a turistas de autocaravanas. Lo entienden como un modo de revitalizar el pueblo. Cuando veo las muchas que se prodigan en Cabo de Gata, pienso que en el interior de la provincia también hay bellos escenarios. Es solo una sugerencia.
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