Los adolescentes no follan
IES ·
A pesar de las evidencias, la información sexual para los adolescentes en los centros públicos de enseñanza es un tema tabúERNESTO MEDINA RINCÓN
JAÉN
Jueves, 9 de marzo 2023, 00:32
Enterrada dentro de una bolsa de plástico al pie de un olivo. Todos los varones de la pandilla del verano sabíamos dónde estaba la revista ... pornográfica que alguno le había sustraído a su hermano mayor. Quizá fuera un número de Lib o de Penthouse en el que se veían tetas y cruces de piernas con tangas de encaje. El aprendizaje sexual lo completaba el listillo, «para que las tías se pongan calientes hay que echarle una aspirina a la Coca Cola». Otros preferían jugar a los médicos, «a ver, ¿qué te pasa? Me duele la garganta. Bájate las bragas. Si lo que me duele es la garganta…». Es obvio que muchos –me limito a hablar de los machotes que fue con quienes compartí confidencias- llegaban a la madurez con la parte afectiva del sexo anulada e incluso con un desconocimiento absoluto de cuáles eran los procesos del placer femenino. Clítoris era una palabra esdrújula que nunca saldría en un examen de ortografía.
Mis alumnos acceden a páginas de porno muy duro sin más requisito que contestar afirmativamente a la pregunta «¿es usted mayor de dieciocho años?». Con lo cual seguimos en el mismo marasmo de antaño, pues es imposible que en nada se parezca a las proezas e iniquidades de cualquier portal pornográfico el sexo que experimentan los adolescentes cada vez antes. Sin embargo, la edad de iniciación sexual es un misterio. Curiosamente el Instituto Nacional de Estadística sostiene que la penetración se consuma por vez primera a los dieciocho años. El estudio es del año ¡2003! EL Centro de Investigaciones Sociológicas mantiene la misma edad en una encuesta del año 2008. Dada su antigüedad, el asunto no suscita mayor interés público, médico o afectivo en los gobiernos. Debemos, por tanto, considerar datos recientes que establecen que la edad media con la que se mantienen relaciones sexuales plenas es inferior a los catorce años. Id est, que los alumnos de 2º de ESO no juegan con los Playmobil. A lo sumo los utilizan como juguetes sexuales.
Si estiman que exagero, consulten páginas especializadas que les saldrán en cualquier navegador al escribir «edad inicio relaciones sexuales en España». No encontrarán ninguna que marque una frontera superior al momento en el que acaban sus estudios en el Instituto. Opten por la fuente directa. Pregunten a los enfermeros de los ambulatorios o a farmacéuticos amigos cuántos años tienen los críos que se acercan a pedir la píldora del día después. A pesar de las evidencias, la información sexual para los adolescentes en los centros públicos de enseñanza es un tema tabú. En los que no son públicos es un anatema.
Los profesores se amedrentan ante algún compañero integrista -he vivido casos en carne propia- que los acusa de incitar a los alumnos a la promiscuidad. Los padres, bien por el miedo de que se acelere el fin de la infancia en el que controlan todavía el desarrollo de sus vástagos, bien por vergüenza o pudor, prefieren pensar que las pulsiones sexuales de sus hijos quedan lejanas. La consecuencia es que la negación de la realidad siega la información. Favorecemos por omisión una sexualidad castrada y empobrecida, carente de emotividad entre los adolescentes.
¿Tienes una suscripción? Inicia sesión