Los enemigos del pueblo

Andaba dándole vueltas a todo esto, angustiado por si me había convertido en un peligroso comunista bolivariano con intereses ocultos en Teherán, populista irredento, cuando leí a Charles Michel, presidente del Consejo Europeo, decir que hay que actuar en el mercado de la energía. Es más, la Unión Europea piensa dotarse de una herramienta bautizada 'Instrumento de Emergencia del Mercado Único' que buscará «asegurar la disponibilidad de bienes y servicios relevantes durante una crisis». Si eso no da que pensar, yo ya no sé. Sin olvidar que la Francia de Macron anunció en julio la intención de nacionalizar por completo la mayor eléctrica europea. Que los ciudadanos somos rehenes de las grandes empresas energéticas es un hecho. Que hacen con nosotros lo que quieren, lo sabemos bien. Como muestra, el botón de la zona Norte de la capital. Pero que sean capaces de torcer el brazo de los gobiernos europeos en un momento tan complicado como el que estamos viviendo desde la invasión rusa de Ucrania, raya lo antidemocrático. ¿No deberíamos saber qué opinan sobre el particular, con nombres y apellidos, esos consejeros aúlicos y asesores de las empresas energéticas que han utilizado las puertas giratorias de la política para continuar su privilegiada vida laboral al calor de los chispazos? El martes, Sánchez y Feijóo se enfrentan en el Senado en un duelo que se está vendiendo como la repetición de OK Corral por otros medios. Qué pena. Con la necesidad que tiene este país de que la clase política transmita una sensación de unidad y compromiso frente a la adversidad.