Mis encuentros con Francesc Torralba

Fue realmente muy emocionante oír, en un salón de actos abarrotado, 'lleno hasta la bandera' (eran épocas pre-pandemia), como el Dr. Torralba nos felicitaba públicamente (a los organizadores y a los asistentes) por abordar, con profundidad y aportando evidencias científicas contundentes, un tema tan relevante y novedoso, y, a la vez, tan impregnado (en nuestro país) de prejuicios y recelos como el de la salud espiritual. Su conferencia inaugural fue espectacular. Apasionante y apasionada. Clara y didáctica como pocas veces he escuchado en mi dilatada vida como ponente y como organizador de jornadas y congresos. Fue sobria y contundente. Buscando en cada momento lo esencial, lo fundamental. Con un ritmo preciso y magníficamente pautado. Y lo que más me llenó de asombro y admiración: sin usar una sola transparencia de apoyo. Una conferencia magistral que nos sirvió para enmarcar el tema y sus múltiples derivadas.

Posteriormente nos hemos ido reencontrando en congresos y reuniones; en jornadas y convenciones. Siempre para compartir reflexiones y propuestas prácticas y concretas alrededor de temas tan primordiales como las emociones, la espiritualidad y el sentido de la vida. También, valga el comentario nostálgico, nos hemos visto (a veces de lejos, a veces de cerca) en algunos de esos aeropuertos que tanto frecuentábamos antes de la Covid.

Me gusta mucho cuando Francesc habla de esas 'grietas' (ese corazón 'roto' que digo yo, ese corazón 'partío' que canta Alejandro Sanz) que nos permiten conectar con lo esencial de cada ser humando, con esa vulnerabilidad que todos y todas sentimos (máscaras y postureos aparte) y que, en estos duros tiempos de pandemia, va a ser clave reconocer y compartir, para intentar salir, más unidos y más fuertes, de esta difícil y retadora experiencia común. Con humildad y entrega. Con esfuerzo y entusiasmo. Evitando tanto el egoísmo insolidario como el gregarismo desresponsabilizador; y tomando, como nos sugiere con frecuencia Francesc Torralba, una distancia sanadora (con los hechos y con las personas) que nos ayuda a convertirnos en seres más libres, que no responden de forma automática y reactiva a los estímulos, sino que responden de forma singular y reflexionada, según los propios valores y creencias. Lejos, por tanto, de esa espontaneidad emocional tan sobrevalorada en los últimos tiempos, y que tantas consecuencias negativas tiene para uno mismo y para los demás.

Las recomendaciones de este mes van a ser directamente algunas de las obras del propio Francesc. Su prolífica producción aúna cantidad y calidad; y vale la pena sumergirse en ella. La primera recomendación es el fantástico libro 'Inteligencia espiritual', publicado en 2010 por Plataforma Editorial. Para mí, la 'biblia' de la Espiritualidad. Un tratado completísimo y muy didáctico que nos ayuda a transitar, con aprovechamiento, por una disciplina que hasta entonces nos desbordaba. Además de esta 'macro' recomendación, unas cuantas recomendaciones más 'micro' para redondear la propuesta: la colección de pequeños libros (por el tamaño, de bolsillo, y por la extensión, alrededor de unas cien páginas) publicados por la Editorial Milenio (en su Biblioteca Torralba). Libros sintéticos, claros y enormemente prácticos sobre temas muy queridos por el que esto firma: el entusiasmo, la compasión, el esfuerzo, la confianza, la solidaridad, la sobriedad, la ternura, el perdón, la paz… y muchos más. Pequeñas maravillas, verdaderas perlas para leer y releer, para subrayar y anotar, para aprender y aplicar. Gracias, Francesc.