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Elogiemos a hombres ignorantes

Nuestros responsables no afrontaron la pandemia con una lista de comprobaciones que habrían hecho saltar las alarmas. A la ignorancia se sumó la ineptitud

IÑAKI UNZUETA ALBERDI

Granada

Viernes, 24 de julio 2020, 23:50

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El tiempo transcurrido desde el confinamiento nos ofrece una perspectiva desde la cual realizar una evaluación más ponderada de las medidas tomadas. En nuestras vidas ... constantemente tomamos decisiones basadas en predicciones: cuando adquirimos una vivienda, elegimos una carrera o una entidad financiera. Y es el tiempo el que desvela el acierto o el fracaso de cada decisión. Quiero centrarme en el fracaso que, casi siempre, es resultado del exceso de confianza que lleva a identificar lo que sabemos con lo que creemos saber: el profesor que fracasa en sus aspiraciones a la cátedra o el epidemiólogo que yerra en sus predicciones. El fracaso se produce por ignorancia cuando no disponemos del suficiente conocimiento o por ineptitud cuando éste no se aplica correctamente. Kierkegaard señalaba tres tipos de ignorancia: no saber lo que debe saberse; saber lo que no debe saberse y saber mal lo que se sabe. En un mundo ruidoso las señales del conocimiento se pierden y la brecha entre conocimiento e ignorancia se ensancha.

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