No se vaya a confundir los y las más jóvenes de quienes leen esta pieza, no voy a dedicarla a la exitosa serie televisiva española ... de igual título. Aunque su argumento bien podría parecérsele en no pocos aspectos a lo que sigue. Y es que me voy a referir a lo sucedido en la capital del Reino, allí donde la libertad con minúsculas, la autoproclamada por la líder de su gobierno autonómico, como es fácil de discernir, vuela a modo de palomo tísico y a medio desplumar. Dejándose caer con su torpe aleteo en tejados como el del Colegio Mayor Elías Ahuja, para disfrutar de 'performances' como la que se hizo pública el pasado jueves, en un vídeo que corrió como la pólvora por las redes sociales y los medios de comunicación nacionales e internacionales –la 'Marca España' también debe ser esto-.
Con esas imágenes, todos y todas fuimos testigos entre arcadas de cómo se las gastan determinados jóvenes estudiantes –muy machitos y abanderados ellos-, cuyos padres a buen seguro forman parte de la creciente élite económica madrileña y que ellos mismos formarán parte de la futura élite política, judicial, funcionarial y empresarial española. No en vano, allí estuvo interno, entre otros, nada más y nada menos que Pablo Casado. Sí hombre, aquel chavalote de sonrisa 'profident' que lideró el Partido Popular y que vino a cambiarlo todo para no cambiar nada; tan dado a fotografiarse con vacas y a revolcarse en los mismos lodazales que disfrutaron sus predecesores –y, por lo visto ahora, también del gusto de los que le apuñalaron con aplausos y palmaditas en la espalda-.
Ya habrán oído y visto hasta la saciedad lo que ocurrió. Pero yo quiero volver a dejarlo aquí negro sobre blanco, por si aún hay algún despistado o despistada. Estas fueron las palabras gritadas desde una de las ventanas del edificio del colegio mayor, a las que siguieron una serie consignas previamente orquestadas y cantadas a coro por el resto de estudiantes desde el resto de ventanas, cuyas persianas se levantaron al unísono: «Putas, salid de vuestras madrigueras como conejas... Sois unas putas ninfómanas, os prometo que vais a follar todas en la capea, ¡vamos, Ahuja!». Prácticamente el mismo rito cavernícola se ha venido repitiendo como una tradición, desde hace no se sabe cuántos años, dirigido hacia el colegio mayor exclusivamente femenino cuyo edificio se levanta justo enfrente, el Santa Mónica. Palabras y gestos vertidos en una institución adscrita a la Universidad Complutense y a la Iglesia, y por lo tanto parcialmente financiada con dinero público.
Más vídeos que se han hecho virales a posteriori muestran otras escenas en el interior de esos muros, en las que grupos de estudiantes profieren infinidad de insultos machistas y cánticos propios de la extrema derecha o directamente hitlerianos, ideales mamados -por qué no decirlo- en sus propios hogares. Y lo peor es que este no es un caso aislado, porque lo mismo está sucediendo –en diferentes grados- en no pocos centros de este tipo. Lo que viene a confirmar los muy preocupantes datos hechos públicos en septiembre del pasado año por la Fundación de Ayuda contra la Drogadicción (FAD), en su último barómetro sobre juventud y género: uno de cada cinco hombres de entre 15 y 29 años considera que la violencia machista no existe y que es solo un 'invento ideológico'. Cifra que se ha duplicado en cuatro años, curiosamente los mismos en los que la extrema derecha se ha disparado en intención de voto en España.
Por lo tanto, queda claro que hay que buscar y encontrar los mecanismos educacionales y culturales necesarios para doblegar convenientemente esta peligrosísima tendencia de padres e hijos. Nada lindante por otra parte con la casualidad. Fíjense lo que escribió en el año 2000 el mismo Pablo Casado, con 19 tiernos años, en el interior de su cuarto del Colegio Mayor Elías Ahuja, según desveló el diario digital La Marea. Ironizaba con ir de caza de 'lobas y zorras' y fantaseaba con ser parte de una raza superior, llamada 'Lupus Ahujus Hispanorum' -metáfora de los residentes en ese centro-, especie que, según Casado, estaba 'bastante evolucionada' y 'con una masa craneoencefálica muy superior a la de otras manadas colindantes', con 'patente superioridad pélvica y genital con respecto a otras especies rivales'; y 'entre sus presas más codiciadas se encuentran las lobas, aunque si existe carestía de éstas, recurre de buen grado a otras especies animales como cerdas, zorras, gallinas...'. Este es el personaje que iba camino de ser nuestro presidente del Gobierno. Como ahora pretende serlo un tal Alberto Núñez Feijóo…
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