Ni David ni Goliat: Salomon en la RAE

Con su reciente y salomónica decisión sobre la tilde diacrítica de 'sólo' en su acepción adverbial, la RAE acaba de introducir una nueva ambigüedad gramatical, ... en este caso de carácter ortográfico. De esta manera, a partir de ahora, y al igual que en la elección de género para los sustantivos ambiguos, como azúcar, mar, calor o puente –éste hoy ya en desuso en su versión femenina–, la tilde de 'sólo' –también las de 'éste', 'ése' y 'aquél', con sus respectivos femeninos y plurales, en su rol pronominal– quedará sujeta al criterio personal de cada escribiente. Es decir, que cada cual se lo guise y se lo coma a su propio gusto. Y digo yo: ¿para ese viaje a la nada hacía falta tanto ruido mediático? ¿Dónde metió aquel día su beligerancia acentuadora un experto en todo tipo de batallas como Arturo Pérez Reverte? ¿Cómo pudo conformar su ego con tan pobre solución? Y añado: ¿por qué no hacer lo mismo con tantas otras normas gramaticales? ¿Por qué no dejar también al libre albedrío la elección de la 'b' o la 'v' en aquellas palabras que ofrezcan dudas? ¿O por qué no enterrar definitivamente el uso de la 'q' para sustituirla por la 'k', que se vale por sí misma sin la muleta de la 'u'?

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