Andalucía con Palestina

Tras comparar la situación actual de los palestinos con la sufrida hace 400 años por los moriscos andaluces, entre las conclusiones del texto aprobado por los firmantes de dicha declaración se afirma que «la definición de genocidio contemplada por la Corte Penal Internacional es perfectamente aplicable, en todos sus puntos, a ambos procesos». Encabezada por la psiquiatra, psicoterapeuta y escritora palestina Samah Jabr, la autoría del libro incluye un total de nueve nombres, cinco mujeres y cuatro hombres, que escriben aquí con el objetivo común de «exponer un análisis fehaciente sobre la colonización de Palestina, insertándolo a la vez en el contexto geopolítico mundial», tratando así de convertir dicho volumen en «un puente de unión entre dos pueblos –el andaluz y el palestino– ligados por el mar Mediterráneo y una historia común de resistencia a la colonización».

Acuñado por Rafael Lenkin en 1944 para definir el «acto de exterminación de grupos humanos o pueblos que no sucede por una crueldad accidental o incidental, sino por una acción planificada», el diccionario de la lengua concreta la definición del término 'genocidio' como «exterminio o eliminación sistemática de un grupo humano por motivo de raza, etnia, religión, política o nacionalidad». En este sentido, para la doctora en Psicología María José Lera, coordinadora del proyecto Sevilla-Palestina y a la que Israel considera como «un peligro para el país» debido a la postura crítica que mantiene hacia su política, la relación entre Israel y Palestina no puede ser nunca etiquetada con la palabra tan común como erróneamente aceptada de 'conflicto', puesto que, en su opinión, no cabe duda de que se trata de una relación colonial, de opresión, en la que «un ente muy poderoso ataca y destruye a quienes no tienen ni siquiera el derecho a defenderse, con el único objetivo de usurpar su tierra y eliminar cualquier presencia palestina, real o simbólica, en la misma». Por su parte, la sevillana residente en Granada Rosario Solano reflexiona, en un tan conciso como acertado texto, y «desde el privilegio que me otorga mi identidad» sobre la necesidad de ser exigentes y dejar de conformarnos con la dimensión teórica para pasar, cada cual en la medida de sus posibilidades, a la acción práctica que ayude de una vez por todas a transformar la realidad actual.