Discriminación turística
Editorial ·
Carece de sentido que los extranjeros puedan visitar nuestro país mientras los españoles no pueden desplazarse entre comunidadesMartes, 23 de marzo 2021, 00:47
La Comisión Europea recordó ayer que los Estados miembros deben dar coherencia a las medidas aplicadas a los viajes entre distintos países respecto a las ... normas establecidas para la movilidad interior. El 10 de marzo, el Consejo Interterritorial de Sanidad acordó, a propuesta del ministerio, el cierre perimetral de las comunidades autónomas de cara a San José y Semana Santa, con la salvedad de Baleares y Canarias. La llegada de viajeros a las islas ha puesto en evidencia la contradicción entre las restricciones internas y la apertura al exterior. La mayoría de ellos son franceses que han viajado a Madrid y a los archipiélagos en avión y en automóvil a territorios limítrofes con su país. La ministra Reyes Maroto alegó ayer que la diferencia estriba en la dificultad para requerir pruebas de PCR o de antígenos negativas a los españoles que se trasladen de una comunidad a otra por carretera o tren, dada la diversidad de vías de acceso, mientras que los aeropuertos insulares constituyen puertas de entrada fáciles de supervisar incluso en origen.
La salud pública se basa en el establecimiento de medidas aplicables y lo menos problemáticas que permitan las circunstancias. Es posible que los viajes a las islas, con destino a un establecimiento hotelero o a una vivienda, entrañen menos riesgos de contagio que los itinerarios por la península. Pero tales conjeturas no deberían minusvalorar lo relevante: que toda movilidad, interior o internacional, comporta amenazas similares a cualquier otra, como ayer señaló la Comisión Europea ante la cuarta ola. Por lo que una de dos: o el Gobierno y las autonomías acuerdan medidas socialmente más comprensibles, aunque resulten más tajantes, o están obligados a pormenorizar mediante restricciones o aperturas que se atengan a cada situación territorial. Incluidos la procedencia regional de los visitantes –recomendada por Bruselas– y el uso de certificados de pruebas y de vacunación para que los españoles y los extranjeros puedan trasladarse entre comunidades.
Llegada la primavera, y aunque la Semana Santa y la de Pascua acaparen hoy la demanda de movilidad, la coherencia requerida por la Comisión se pondrá a prueba día a día durante todo el verano, ya que la inmunización vacunal deberá esperar hasta otoño y la incoherencia gubernamental contribuye a que más ciudadanos traten de sortear las medidas en vigor en cada momento.
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