Dificultades neurológicas para hablar o escribir bien
Tribuna ·
La dislexia es un trastorno mucho más común de lo que imaginamos, ya que afecta a más del 10% de la población. Los niños con dislexia empiezan a hablar bastante tarde y a la universidad llegan pocos disléxicos sin corregirDomingo, 28 de marzo 2021, 01:17
En los años ochenta aparecieron en la universidad asignaturas interdisciplinares, hoy llamadas interfacultativas, para completar la formación de los futuros profesores. Eran del tipo 'Psicolingüística' ( ... llamada ahora 'Psicología del lenguaje', con el desdoble 'Psicología de la enseñanza' y 'Evaluación y terapia del lenguaje'), 'Sociolingüística' (ahora 'Técnicas de expresión oral y escrita'), 'Filosofía del lenguaje' (desdoblada en 'Filosofía del lenguaje' y 'Lenguaje, mundo y mente', y 'Lenguaje y Ontología'). Aquí cada uno ha montado su chiringuito. Es el precedente de los dobles grados en currículos afines o relacionados: 'Derecho y Economía', 'Turismo e Historia del Arte'. Recuerdo mis dificultades para enseñar Lenguaje a los psicólogos, cuando yo no había recibido esa asignatura. Era un enseñante-aprendiz. Me consuela el hecho de que en todas las profesiones se aprende practicando, se avanza corrigiendo y se perfecciona estropeando. Veo que hemos aceptado algunos criterios americanos de currículos dispersos: 'Historia y Economía', 'Psicología y Recursos humanos', 'Química y Medio ambiente'.
Ahora quiero fijarme en el trastorno de la dislexia, que yo enseñaba en 'Psicolingüística'. Dislexia es la dificultad natural en el aprendizaje de la lectura o escritura, asociada a un trastorno de la coordinación motora. No siempre es fácil de detectar, pero ahí están las familias, la casa, los convivientes, que ayudarán a ello, porque cuanto antes se detecte, y se corrija, más pronto desaparece o se alivia, con lo que se evitarán frustraciones y sufrimientos o problemas severos de depresión, ansiedad, falta de autoestima y abandono escolar. He oído en televisión que una reportera decía «con esto de la covid-16», pues que sepa que tiene trastornos ocasionales de dislexia: confunde la barriga arriba con la barriga abajo.
La dislexia es un trastorno mucho más común de lo que imaginamos, ya que afecta a más del 10% de la población. Cuando las personas disléxicas leen, dedican prácticamente toda su atención a decodificar el sonido de las diferentes letras y pronunciar la palabra. Esto provoca un colapso en su memoria operativa, lo que dificulta que puedan destinar recursos mentales a otras tareas superiores, como la correcta comprensión de lo que están leyendo.
La dislexia infantil comienza a ser detectable en la etapa de preescolar y persiste durante la infancia, adolescencia e incluso es posible que se mantengan los síntomas de la dislexia a lo largo de la edad adulta. A la universidad llegan pocos disléxicos sin corregir. Recuerdo que un alumno me ocultó su problema; al repasar su examen le corregí varias veces cuerpo por 'lingüística de corpus'; me dijo que tenía que fotografiar la palabra y no deletrearla; me reveló la persistencia de su dislexia.
Aunque existen perfiles muy variados, suele reconocerse porque los niños con dislexia empiezan a hablar bastante tarde, su nivel de comprensión oral y su vocabulario es inferior a la media de los niños de su edad, muchas veces confunden palabras fonéticamente similares y en su escritura intercambian letras gráficamente parecidas (como podrían ser la b y la d, o la p y la q). Además de estos conocidos síntomas de dislexia, también presentan aparente falta de atención y concentración.
Las dificultades de acceso al léxico en los niños con dislexia están causadas por las dificultades en las funciones ejecutivas; esto significa que cualquier tarea que requiera de una mínima planificación, como podría ser recoger su habitación, o terminar la tarea del colegio, puede suponer un auténtico reto para los niños que la padecen. Se puede traducir en el lenguaje en la dificultad para entender determinadas instrucciones y por eso no poder seguirlas, no entender las bromas o chistes que se cuentan, incapacidad para aprender nuevas palabras o pronunciarlas incorrectamente, inseguridad a la hora de hablar o expresar una idea.
Hemos visto cómo los niños con dislexia presentan dificultades de descodificación, por eso la lectura les resulta tan complicada. Confunden la pronunciación de palabras y les cuesta mucho leer con fluidez y entender el significado de lo que leen, por eso no suelen mostrarse muy interesados en los libros o cuentos.
Al no procesar correctamente los símbolos de la escritura les cuesta mucho deletrear las palabras y expresar ideas por escrito; pueden entender perfectamente lo que el profesor está contando, pero les cuesta mucho tomar apuntes o notas. Otros síntomas que también suelen verse es la escritura irregular, letra poco legible, demasiado grande o muy pequeña. Algunos niños muestran dificultades con la coordinación motora y les cuesta distinguir izquierda-derecha, arriba-abajo, delante-detrás, dentro-fuera. Este problema puede estar asociado a torpeza en el día a día donde parecen más patosos que el resto de niños y se pierden con más frecuencia. No son buenos en los deportes que requieren coordinación como montar en bicicleta, ni en los juegos en equipo como puede ser el fútbol. Muchas veces para ellos supone un auténtico esfuerzo interpretar la hora (sobre todo en los relojes con manecillas) y no les resulta nada fácil saber el día, mes o año en el que están. No les resulta fácil contar ni comprender los símbolos de sumar, restar, multiplicar. Les resulta muy complicado memorizar la tabla de multiplicar. Algunas veces los niños disléxicos tienen problemas de socialización y les cuesta emprender relaciones sociales nuevas.
Cuando sospechemos algún problema disléxico debemos acudir al logopeda o neurologopeda, el que enseña una fonación normal a quien tiene dificultades de pronunciación. Al psicopedagogo, el psicólogo que aplica bien los métodos pedagógicos en el aprendizaje de la lectura y escritura. Al psicoterapeuta, el profesional que rehabilita en deficiencias comunicativas. A ver. Yo diría que al lingüista. Que para algo estamos.
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