Una de cal y otra de arena
Diego Becerril
Domingo, 15 de junio 2025, 22:41
La presencia de madres y padres es un elemento esencial y vertebrador de la familia. Padres y madres complementándose y apoyándose en el día a ... día, siempre esforzados en ofrecer lo máximo y cuidar a su familia. Las familias desempeñan un papel fundamental en la sociedad que muy pocas veces es valorado o reconocido.
Son los padres y las madres quienes tienen la responsabilidad principal en la educación de sus hijos, en su alimentación y protección durante gran parte de su vida (por no decir siempre). En el contexto familiar se forman los hijos, su desarrollo social y personal solo es posible de forma plena y armoniosa en la familia, un ambiente donde reine el amor, el respeto, la comprensión y la felicidad.
Como homenaje a unas y otros, madres y padres, voy a presentar una de cal y otra de arena, que hacen la mezcla buena. No entro a valorar, como tampoco entraría a considerar qué figura es más o menos importante en la familia. Considero que todo tiene altibajos y los posicionamientos absolutos son poco flexibles o líquidos, como diría Bauman.
En realidad, la familia siempre ha sido una institución ambivalente. Por ejemplo, en esta arena se enfrentan el orden privado con las latencias totalitarias de la sociedad; la solidaridad y altruismo familiar frente a la racionalidad económica y sistémica del mercado capitalista; el interés personal o el individualismo frente al bien comunitario familiar y social. Todo un campo de batalla.
Las madres y los padres presiden este terreno, y los escojo como tema porque junio comenzó dedicado a ellos: una de cal. El 1 de junio es su Día Mundial, un día para padres y madres juntos. Es cierto que hay día del padre y día de la madre, pero no celebrados por igual a nivel internacional, ni en fecha ni en intensidad. Quizás porque no es una celebración que haya sido impulsada por las Naciones Unidas. Esta de junio sí.
El Día Mundial de las madres y los padres se proclama por la Asamblea General el día 17 de septiembre de 2012, recogido en la resolución 22/292 con tres puntos. Primero la decisión de fecharlo el 1 de junio, como una festividad anual que se observe en honor de los padres y madres de todo el mundo; segundo, se invita a los Estados Miembros para que celebren este día con la sociedad civil, especialmente con jóvenes y niños; y tercero, solicita al Secretario General que difunda la resolución para que este Día «se observe de forma apropiada».
Supongo que se difundió, como marca el protocolo, pero tampoco tengo duda que, pasados veintitrés años desde su proclamación, yo no he observado ningún acto o evento que haya tenido como fin la observancia de este día (y pido perdón si algún ayuntamiento u organismo alguna vez tuvo a bien celebrarlo). Es más, me atrevería a pensar que la mayoría de la población ni sabe que existe este día.
Cojamos el testigo y seamos nosotros quienes demandemos este reconocimiento. Muchas personas, partidos y organizaciones trabajan a diario para que exista una mayor conciliación, igualdad y corresponsabilidad en la familia. A ellos hay que decirles que precisamente el tema del Día Mundial en 2025 es «La crianza de las madres y los padres». ¿Hay mayor forma de igualdad que celebrar un día único para ambos?
Por añadidura, UNICEF ha declarado el Mes de la Crianza, queriendo dotar de los conocimientos y las herramientas necesarias a todas las personas que cuidan a hijos. Por medio de programas de crianza, presenta historias sobre los retos y satisfacciones de la parentalidad, acompañándolas de consejos y recursos prácticos.
Ojalá estas líneas sirvan para que, si no ya este año, el que viene se celebre dignamente este día con el mayor respaldo internacional. De momento, con estos bueyes tenemos que arar, pero hay que arar en esta cuestión digna de todos nuestros esfuerzos. No en vano, hace milenios se mandó honrar al padre y a la madre.
Vamos con la de arena. De forma permanente estoy pendiente, por profesión y vocación, de muchos datos sobre comportamientos familiares. Por supuesto, los míos no son «oficiales», si bien hoy día quizá lo oficial puede despertar más recelos que seguridades. Contrario al amor familiar, recopilo noticias y sentencias judiciales sobre homicidios de padres y madres a manos de sus hijos. Es la violencia filioparental más extrema y una de las mayores crueldades humanas: quitar la vida a quien te la dio y te protegió durante tanto tiempo.
Siempre pienso cuanto sufrimiento hay detrás de estas muertes, cuantos años aguantando insultos, empujones y malas formas, o cediendo al chantaje de esa persona que criaste. El amor a los hijos hace casi imposible desligarse de ellos, aunque ellos devuelvan ingratitud y violencia. Hay hijos e hijas cuyo egoísmo y exigencias les conducen al parricidio, en muchas ocasiones a unas edades muy avanzadas de sus progenitores, ya completamente vulnerables.
En mi cómputo personal, como mínimo en 2025 han muerto doce personas a manos de sus hijos, en concreto, ocho madres y cuatro padres. No hay datos sistemáticos ni oficiales, no hay atención, no hay suficiente presupuesto… ya se sabe, siempre alguien dirá que son pocos casos.
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