La lectura de diferentes informes sigue mostrando la enorme desigualdad. La narración de lo que ocurre en la sociedad, es decir el sistema de comunicación, ... refleja datos que muestran una discriminación injusta. Hay temáticas relevantes que están siendo las grandes ausentes. Es significativo el manifiesto que han firmado más de cien historiadores, 'no eran brujas eran mujeres', piden recuperar la memoria de aquellas mujeres sin prejuicios ni falsedades, también piden promover su «reparación y dignificación» como están haciendo Escocia, Suiza o Noruega. En relación con las brujas, Silvia Federici interpela al pasado, que tanto ha impactado sobre la imagen de quiénes son las mujeres, que ha contribuido a destruir el poder social de las mujeres y a desvalorizar a las mujeres como sujeto social.
Nadie niega hoy, el socavamiento de la independencia económica de las mujeres, la discriminación económica. Nancy Fraser nos habla de Redistribución para paliar la desigualdad económica y un Reconocimiento en pie de igualdad, para vivir en condiciones dignas y en paridad participativa. Se necesita que las prácticas económicas, sociales y políticas abran nuevas posibilidades de vida. Por qué tienen que seguir aguantando vivir con otra persona, por qué se niega esa independencia, esa autonomía que necesitan las mujeres. Son varias mujeres, periodistas y escritoras, las que están participando en debates en los que se reflexiona sobre el placer, los vínculos afectivos y las mujeres. Es vital señalar que la dependencia económica, está marcando el modelo amoroso y el modelo relacional. Piénselo con calma, hasta cuándo la intoxicación con el modelo amoroso actual.
Se ha roto el silencio, las mujeres hablan alto y claro, han compartido sus experiencias de violencia, discurso necesario sí, pero debe ir acompañado de otro, el del placer de las mujeres, cada cual va trazando su trayectoria, nos dice Ana Requena. Que en su libro Feminismo vibrante, escribe que «Ejercer un feminismo del goce en nuestros discursos y prácticas es oponernos a la culpa, al destrato, a la violencia». Y que «si no hay placer, no es nuestra revolución». Tamara Tenenbaum, se necesita pensar caminos nuevos. Luna Miguel, escribir sobre el propio cuerpo es una manera de repensarlo. María Hesse, cada persona vive su placer de forma única. Ana Requena 'El miedo no puede ser la única respuesta, se necesita combatir estereotipos que nos impiden muchas veces estar a gusto en nuestras vidas, en nuestros cuerpos y en nuestras relaciones'. Emma Goldman «si no puedo bailar, no es mi revolución». Es necesario seguir debatiendo para desnaturalizar ésa cultura del placer, que quiere asociarlo al poder y al deseo masculino, a ése machismo que desprecia a las mujeres deseantes.
Ellas hablan. Hoy, Bárbara Miller, licenciada en Derecho y en Estudios Cinematográficos, Filosofía y Psicología. Directora y guionista. En su documental 'Placer femenino', galardonado en festivales, cuenta la historia de cinco mujeres, de cinco países, de contextos sociales y culturales diferentes, que luchan por la liberación sexual y la autonomía de las mujeres. Una perspectiva mundial de ésta lucha para crear conciencia social.
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