No fue erróneo mi comentario, el pasado domingo, cuando escribí que ante el vicio de pedir podría aplicarse la virtud de no dar, en referencia ... a la desmedida contraprestación exigida por Podemos al Partido Socialista para votar a favor de la investidura de Pedro Sánchez como presidente del gobierno.
Podemos ha querido, al máximo, exprimir el limón, ante la fragilidad del candidato Sánchez y en pocos meses han tratado de negociar posiciones, puestos, sillones y, en definitiva poder, pero carente de un programa, como siempre insistía el califa cordobés Julio Anguita. Aunque la responsabilidad es compartida, entre ambas formaciones, al final pudimos comprobar, el pasado jueves, que los socialistas han cedido demasiado, para nada.
Hubo mucha zanahoria para contentar al jumento, pero nula letra menuda y concreta para definir el futuro en proyectos y soluciones que, en realidad, es lo que la sociedad precisa. La insaciabilidad podemita trataba de constituir un gobierno dentro del gobierno. Pero todo tiene un límite y es justo reconocer que la generosidad de Sánchez no ha sido ilimitada, porque ha antepuesto el interés de España y de los españoles, por encima de un voto envenenado a cualquier precio, lo que hubiese propiciado una fagocitación, inexplicable, de David a Goliat.
No sabemos qué sucederá en el angosto agosto de calores, sudores, soledades y tormentas, pero no debe caer en saco roto la reflexión de Núñez Feijóo, al hilo de esta pesadilla de provisionalidad que se muerde la cola. Sería bueno -también lo he apuntado en mis comentarios dominicales- que PSOE y PP, es decir el centro izquierda y el centro derecha se sentaran, al menos para tomar café, que la cafeína, propicia nervio e impulso, para hablar del presente y el futuro de España. Yo soy de los que piensan, pese a que ellos lo nieguen, que están más cercanos que distantes. Creo que hay que abrir otra puerta al entendimiento, explorar otras opciones sin demagogia y sin complejos pensando en el bien común. Buscando la racionalidad, la coherencia y la sensatez. Sin trampa ni cartón.
Los ciudadanos comprenden todo cuando no es ficticio y el PSOE, como primera fuerza parlamentaria puede y debe hacer de su capa un sayo, sin amagar, sin humillar, sin vender la piel del oso que ha cazado, a precio de saldo, a un solo postor. Pedro Sánchez tiene las vacaciones frustradas a las que puede sacarle provecho. Queda tiempo para septiembre intentando evitar tropezar con la misma piedra. El sudor veraniego agobia, pero también alimenta la imaginación. Yo le recomendaría a Pedro Sánchez que no ceje en su empeño y una ducha de agua fría, que también estimula, preferiblemente antes de tirarse a una piscina vacía.
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