A lo largo de los siglos XVIII al XX se ha producido un desarrollo social, económico y tecnológico sin precedentes en la historia de la ... humanidad sustentado en el uso masivo de los combustibles fósiles. Quizás esta etapa sea recordada en el futuro como la época en la que la humanidad se desarrolló más rápidamente, tanto desde el punto de vista social como económico.
El precio pagado por este desarrollo ha sido una considerable alteración del medio ambiente a escala global. En el pasado, los beneficios sociales derivados aparcaron cualquier objeción planteada por esta alteración. Sin embargo, a partir de las últimas décadas del siglo XX comenzó una reacción social a la que ha contribuido notablemente la labor del Panel Intergubernamental para el Cambio Climático. Este organismo, dependiente de la ONU, tiene como misión asesorar a nivel científico, técnico y socioeconómico sobre los riesgos derivados del cambio climático. En particular, emite regularmente informes que constituyen documentos de consenso de la comunidad científica internacional en torno al cambio climático. El sexto y último informe de este organismo, recientemente publicado, muestra la especial vulnerabilidad de nuestra región mediterránea ante el cambio climático.
Es conocido desde hace décadas que la mitigación de este cambio climático pasa ineludiblemente por cambiar nuestro modelo energético basado en combustibles fósiles (petróleo, carbón y gas natural) por uno basado en energías renovables. El uso y transformación de los combustibles fósiles suponen aproximadamente el 90% de las emisiones de gases de efecto invernadero responsables del cambio climático.
Modelo energético
Sin embargo, la preocupación medioambiental por sí sola no ha sido capaz de impulsar eficazmente la transición hacia este nuevo modelo energético. Han tenido que ser otra serie de factores concurrentes los que están acelerando el declive de la era de los combustibles 'fósiles'.
Entre estos factores cabe citar, en primer lugar, el incremento de los costes de estos combustibles, motivado por un agotamiento de las reservas (al menos de las de fácil explotación) y por factores socio-políticos. Cabe notar al respecto que grandes empresas tradicionalmente petrolíferas, como Repsol, planean abandonar poco a poco sus actividades de exploración de nuevos yacimientos de petróleo.
En segundo lugar, cabe citar el grado de madurez que han alcanzado las energías renovables, particularmente la solar fotovoltaica y la eólica. Este grado de madurez se manifiesta en el hecho que estas energías sean hoy en día no sólo competitivas, sino incluso las más baratas (hasta cierto grado de participación en el sistema energético).
El tercer factor, y probablemente el más importante, sea el socio-político. Los países europeos, y España en particular, nos hemos dado cuenta de que es inasumible una dependencia energética del exterior tan elevada como la que tenemos. En el caso de España, apenas producimos el 18% de la energía que consumimos, importando el resto en forma de combustibles fósiles. Si bien esta toma de conciencia ya empezó hace más de 20 años, los conflictos actuales como la guerra de Ucrania y la crisis con Argelia ponen de manifiesto nuestra vulnerabilidad por esta altísima dependencia. Esta vulnerabilidad se manifiesta a través de parámetros como la inflación, que repercuten perniciosamente en nuestra economía, y hace inviable la planificación de nuestras sociedades a medio y largo plazo.
«En España apenas producimos el 18% de la energía que consumimos, el resto se importa»
Antonio David Pozo Vázquez
La confluencia de todos estos factores va a acelerar sin duda la transición, ya iniciada tímidamente hace algunos años, hacia un nuevo modelo energético basado en energías renovables en toda la Unión Europea. Cabe preguntarse si este nuevo modelo es posible y si no planteará grandes problemas desde el punto de vista económico y medioambiental. La respuesta a estas preguntas es compleja, pero sí cabe decir dos cosas: 1) que un sistema energético basado fundamentalmente en energías renovables es perfectamente posible desde el punto de vista técnico, y 2) este sistema no planteará problemas mayores de los que ya plantea el actual sistema basado en energías fósiles.
Recursos renovables
España es un país privilegiado en recursos energéticos renovables, particularmente en lo que se refiere a recurso solar. Estos recursos son, en calidad y cantidad, más que suficientes para autoabastecernos de energía. Al respecto, indicar que ya hoy en día la generación eléctrica en España proviene en un 40% de fuentes renovables, y que se espera que llegue a valores cercanos al 75% en la próxima década. Sin embargo, la electricidad únicamente es una cuarta parte de nuestro consumo energético total. El gran problema es el transporte, que da cuenta del 50% de nuestro consumo energético y está basado en combustibles fósiles. El reto para las próximas décadas será 'electrificar' este sistema de transporte y que la energía eléctrica necesaria provenga de fuentes renovables. Si bien el reto tecnológico por delante para conseguir este fin es formidable, no existe un problema respecto a los recursos energéticos necesarios. La electrificación de todo el parque de vehículos de España (unos 30 millones) supondría un aumento de apenas un 25% respecto a nuestro consumo eléctrico nacional actual, perfectamente asumible por parte de fuentes renovables.
Finalmente, cabe destacar que la explotación de las fuentes renovables de energía supone una oportunidad de desarrollo económico para Jaén y Andalucía, al contar con notables recursos tantos eólicos como solares, así como con empresas punteras a nivel internacional en este ámbito. Esperemos que esta vez sí Andalucía sepa aprovechar sus oportunidades de desarrollo económico en este contexto.
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