Dos rombos
En vez de hacer pensar, adoctrinamos. En vez de mostrar, enmascaramos.
David Gómez
Jaén
Domingo, 13 de octubre 2024, 22:29
Seguro que la mayoría de ustedes se acuerdan. Era la época de los televisores cuadrados, de tonelada y media de peso, de las dos cadenas ( ... para qué más), del blanco y negro, pero también del technicolor. Era cuando el mando a distancia eras tú, de programas como 'La dimensión desconocida' o 'Historias para no dormir'.
Recuerdo cuando ponían aquellos dos rombos, advertían de que los niños debíamos dejar de ver la televisión. Curiosamente el efecto era el contrario. Pues ahora, esos dos rombos de entonces, se quedan cortos si hubiera que ponerlos en películas como… ¡Peter Pan! o ¡Pinocho! y no digamos La bella durmiente o Fantasía.
Las advertencias al inicio de estas películas te acojonan. No sabes si estas en el canal Disney o en el de John Carpenter. Consumo de tabaco, racismo, machismo, besos no consentidos, imágenes demoníacas… ¿en serio? Protección al menor lo llamarán algunos. Estupidez lo llamo yo.
No tenemos mesura, todo lo envilecemos. Cambiamos el nombre de 'Diez Negritos' por 'Eran diez', para evitar connotaciones racistas. Nos permitimos el lujo de cambiar el título de una obra maestra en nuestro afán por hacer un mundo mejor. Pero es imposible. En vez de enseñar, ocultamos. En vez de hacer pensar, adoctrinamos. En vez de mostrar, enmascaramos.
Los rombos de advertencia en el televisor ya no dejan ver la imagen. Pero la imagen está ahí. Es real. Existe. Y tal vez, algún día, seamos los protagonistas de esa imagen y no sepamos qué hacer, cómo protegernos de aquello que nos golpea porque nunca nos dejaron verlo, ni nos lo enseñaron ni explicaron. Proteja de verdad a sus hijos evitando que escuchen reggaetón.
¿Tienes una suscripción? Inicia sesión