¿Dónde queda la paz?
«Si Trump y Maduro empiezan a intercambiarse algo más que insultos y blasfemias, arrancará otro problema que ya veremos cuándo y cómo se resuelve»
David Baños
Periodista
Domingo, 7 de septiembre 2025, 23:09
Deberíamos rebelarnos contra el protagonismo que vuelve a tener la palabra guerra en nuestra sociedad. Por desgracia no se trata de un disfemismo, porque cada ... vez más personas la sufren o sienten su amenaza en distintas partes del mundo. Seguramente Gaza y Ucrania son los principales escenarios bélicos que a todos nos vienen a la cabeza, pero hay muchos más: Siria, Sudán, Cuerno de África, Yemen, Afganistán, ... Hasta 50 enfrentamientos activos existen en este momento del siglo XXI.
Que el excéntrico presidente de los Estados Unidos de América haya decidido cambiar el nombre al Pentágono por el de Departamento de Guerra no parece la mejor solución contra la escalada de violencia. Donald Trump lo utiliza para enseñar los dientes a sus rivales, dejando claro que él siempre está dispuesto a todo.
Tampoco ayuda a bajar este suflé, que al otro lado del mundo se junten Xi Jinping, Putin y Kim Jong Un durante el mayor desfile militar de China, exponiendo toda su enorme fuerza militar, mientras lanzan el mensaje al mundo de ¿Guerra o Paz? Una especie de «cuidado con nosotros, que nuestras cabezas nucleares están hechas en China pero no son de los chinos que hay en vuestros barrios».
Parece mentira, pero esto está pasando, justo ahora que nuestras estructuras sociales deberían haber evolucionado hacia la paz y el bienestar general. Porque en la guerra siempre ganan los mismos, los que fabrican y venden las armas. Nadie más. Todos los demás perdemos, unos más que otros, claro, hasta la vida. Hace ya más de un siglo de la Primera Guerra Mundial y vamos camino de otro de la segunda. Ambas fueron escenarios devastadores para Europa. El miedo a que vuelvan a repetirse nos han permitido vivir mejor, apostando por la paz, las personas, las relaciones internacionales, la solidaridad y el bienestar social. Hasta ahora.
En cuestión de horas o días podría sumarse un nuevo enfrentamiento armado en el Caribe. Si Trump y Maduro empiezan a intercambiarse algo más que insultos y blasfemias, arrancará otro problema que ya veremos cuándo y cómo se resuelve.
Señores de la guerra, esto no es un juego de mesa con fichas de plástico. Hay hombres y mujeres que se juegan la vida cada vez que uno de ustedes da la orden de abrir fuego. La masacre de Israel sobre Gaza merece un espacio aparte ¿Cómo un pueblo tan maltratado en otro tiempo puede estar sometiendo a este horror a otro? Más allá de judíos, árabes, israelíes, palestinos... son personas de carne y hueso ¿De dónde saca fuerzas nuestra raza y la convicción necesaria para someter a los iguales a semejante terror?
A nadie parece importarle este genocidio, que no va más allá de declaraciones sin efecto y falsas medidas que no van a solucionar nada. Los EE UU se tapan los ojos y la nariz, mientras Europa permanece de brazos cruzados y el resto del mundo sigue a sus cosas.
Lo de Putin y Zelensky tampoco pinta bien. No parece que se vaya a producir un alto al fuego de manera inminente. Ni siquiera hay atisbo de reunión entre las partes para hablar del fin de la guerra. Al contrario, se mantiene la contienda y el intercambio de ataques entre las fuerzas. Esta situación cuesta vidas, cuesta dinero y está costando la credibilidad de la UE, la administración Trump, la ONU y hasta de la OTAN. Nunca aceptemos la palabra guerra como una de las habituales en nuestro vocabulario. No normalicemos su uso, aunque algunos traten de convencernos de que la paz, la concordia y la fraternidad están sobrevaloradas. Es una trampa mortal.
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