Cumbre de la viruela
Tribuna ·
Para evitar la inminente catástrofe, organizan una cumbre, que, paradójicamente, no plantea el más mínimo análisis del problema, ni debate de solucionesMartes, 14 de enero 2020, 23:58
La restauración de una obra de arte es un proceso bastante complejo, efectuado por expertos que comienza con el análisis del deterioro, estudio de la ... materia y de la técnica empleada, y un proyecto de intervención que garantice la reversibilidad del proceso realizado.
Si para una pintura de Picasso, o una escultura romana, actuamos con tanta responsabilidad y rigor científico, no se puede entender que una intervención en el medioambiente sea perpetrada por un grupo de ignorantes prepotentes, solamente avalados por su ambición de poder. Si es la ciencia la que diagnostica la enfermedad, debe ser esta quien ponga el tratamiento.
Egipto fue el país más próspero de la tierra; la naturaleza le regalaba el agua y los fertilizantes para la cosecha anual de trigo, que permitía al pueblo comer y pagar impuestos, para que los faraones pudieran vivir como dioses en la tierra y construyeran pirámides para seguir viviendo en el otro mundo. Todo iba sobre ruedas, hasta que una «cumbre» con la bendición de la propia Unesco, decide construir la presa de Asuán. Con ella se pretendía controlar las inundaciones que decían iban en aumento en los últimos años, y producir además electricidad para autoabastecerse y vender a medio mundo.
Todos los países 'altruistas' que colaboraron en esta 'magna obra', recibieron un regalito. Para España fue el templo de Debod.
Tras eliminar las crecidas hubo que construir un sistema de regadío, basado una red de canales y acequias. Con la electricidad producida, se instalaron en el cauce del río, gran número de estaciones de bombeo. Tras la culminación en 1970 de la obra, que pretendía mejorar la vida del pueblo, comienza a verse la irreversible realidad:
El agua para regar el trigo de cada año, hay que pagarla. Los nutrientes que portaban las aguas de aluvión de las crecidas hay que suplirlos por abonos minerales, que no permanecen como los naturales en el suelo arenoso y se lava con los mismos riegos, que hay que pagar. El aumento de la caudal del agua ha elevado la capa freática de El Cairo dañando a los monumentos más emblemáticos.
Hace unos días, aparece en la primera página de todos los periódicos una publicidad, santificando a los molinos eólicos, como la única energía sostenible capaz de salvar el planeta del cambio climático que, 'los demás', estamos produciendo. Para evitar la inminente catástrofe, organizan una cumbre, que, paradójicamente, no plantea el más mínimo análisis del problema, ni debate de soluciones. Se limitan a subir los impuestos al gasoil, cobrarnos las bolsas de plástico y potenciar la eólica, como la única 'tabla de salvación' que nos queda, para evitar la muerte por asfixia del planeta.
Si a esa niña prodigio que han traído en el catamarán de lujo, la hubieran llevado al colegio y no le hubieran robado la niñez, posiblemente que su preocupación por el medio ambiente, la hubiera llevado a inventar un sistema, para eliminar la fibra de vidrio de los miles de barcos que copan las náuticas de todo el mundo, más los diez mil kilos del catamarán 'que la trajo'.
Esta cumbre salvadora me trae a la memoria la histórica solución que dieron al Prestige: que se parta en el mar y ganaremos todos. Que de la limpieza no hay que preocuparse; nos la harán los ingenuos voluntarios, a los que pagaremos con una medalla, que costará una irrisoria cantidad.
Ayudándole un poco, la naturaleza tiene capacidad para auto salvarse. Dispone de un potencial energético inconmensurable, capaz de cubrir todas las necesidades de la humanidad de forma limpia y gratuita; simplemente transformando la energía cinética de las corrientes marinas, las mareas y los ríos, en energía eléctrica y dejando a un lado la producida por los parques eólicos, los combustibles fósiles y las nucleares.
Consciente de los beneficios que el aprovechamiento energético de las corrientes marinas les puede proporcionar, se está invirtiendo enormes cantidades de dinero, en una carrera contra reloj por conseguir la 'piedra filosofal' de la energía. La energía hidráulica es el mayor potencial energético que la tierra posee, y si lo queremos aprovechar, solo tenemos que pedírselo con respeto.
Todas las técnicas en experimentación anteriormente expuestas producen la electricidad con una dinamo para cada turbina, con lo que la producción energética se condiciona al tamaño de las palas. Si a la escasa producción energética del sistema, añadimos los problemas que la generación eléctrica bajo agua salada tiene, hace que su rendimiento sea, reducido y caro.
Ante la necesidad de encontrar un sistema 'bueno, bonito y barato', que ayude a paliar la degradación del planeta y la amenaza de que los políticos sigan infectándolo la piel del planeta con la viruela ecológica de los eólicos, hemos realizado en Andalucía una patente, (contrastada internacionalmente), con las siguientes características:
Aprovechamiento integral de las corrientes superficiales, medias y profundas; generación de la electricidad con doble transformación: de cinética a hidráulica (sumergida) y de hidráulica a eléctrica, en superficie.
Una sola dinamo, funciona con varias turbinas, sin condicionante de tamaño.
El agua residual se pulveriza en una columna de aspersión, provoca la evaporación, limpia la atmósfera, genera lluvia, aumenta el agua de los polos...
Es totalmente reversible, no deja anclajes en el fondo marino y es auténticamente sostenible, de fácil instalación y mantenimiento, con bajo costo.
Si nuestros 'salva mundos' hubieran ido al colegio habrían aprendido a respetar a todo y a todos, en vez de intervenir todo lo que funciona, como van a hacer con el Parque de las Ciencias.
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